Magia

(Foto: de mi Laotong Bélgica 2011 Febrero.)

 Magia dormitaba en las microfibras de su jersey.Como cada mañana, se tomaba los restos de café que ella dejaba porque siempre iba con prisa a todos sitios.Aunque eso nunca fue una excusa para llevar reloj.Luego se enganchaba en su pelo casi siempre enmarañado, de peinarse poco, Y sentía que volaba, que la brisa la mecía.Los rayos de sol la hacían brillar y se volvía de un color ácido.Se pasaba las tardes en aquella buhardilla llena de libros, de ácaros y páginas sueltas.Le encantaba bailar con cada letra, todas ellas querían cortejarla, pero Magia no se dejaba arrastrar por ninguna. Tenía muy claro que terminaría esfumándose de un momento a otro.Lo había leído en libros, lo había oído en canciones y en cuentos infantiles que escuchaba en viejas cintas de cassette, así que optó por esperar la noche, por no saber nunca la hora exacta, por recibir sus bostezos como señales de sueño, por quedarse siempre, muy a su pesar, en un segundo plano, por acompañar y ceder su brillo eternamente a las luciérnagas.