A pesar de que Durban me resultó una ciudad “rara”, la magia no podía faltar. Así que a falta de una hicimos tres presentaciones. Una de las que más disfrutamos fue la de los más pequeños… ellos se divirtieron tanto que nos contagiaron de alegría. Nos llenaron de sonrisas y carcajadas: el mejor regalo que nos pueden dar.
Ese de abajo es Dino… se descontrolaron de la emoción!
La segunda presentación fue para los pescadores peruanos que estaban varados en el puerto por un litigio con los dueños del barco. Ellos habían hecho su trabajo durante meses, tenían el barco lleno de pescado congelado, pero los dueños no querían cumplir con su parte del trato. Cuando nosotros los conocimos ya hacía más de dos semanas que estaban esperando. El día no se les pasaba más. Aunque podían salir del barco y visitar la ciudad, ninguno habla una palabra de inglés y estaban más preocupados por volver a su país que por pasear por Durban.
Herman, el cura colombiano que tan bien nos recibió en su casa, nos llevó al puerto a conocerlos. Él les hizo de traductor con las autoridades para destrabar el conflicto. Cuando nos fuimos, el tema no se había resuelto y el capitán había abandonado el barco. Esperemos que ya tengan todo solucionado. Nuestra visita fue para compartir con ellos un poco de magia. Como dice Dino, “le robamos unos cuantos minutos a la realidad”.
La última presentación fue en Saint Philomena, el complejo en el que trabaja y vive Herman. Allí, residen muchas chicas que pasaron por graves problemas familiares (casi todos relacionados con temas sexuales) y que el gobierno decidió que ya no podían vivir con sus familias. Robarle unos cuantos minutos a su realidad fue un enorme placer. En ese momento, nadie se acuerda de las cosas malas y solo se disfruta.
GRACIAS, Herman, por todo! Para los que no saben la historia, les contamos cómo lo conocimos a Herman, porque es de esas lindas vueltas que tiene la vida y couchsurfing. Cuando estuvimos en la bella Estambul nos alojamos en la casa de dos couch. Uno de ellos era Uma, una chica que vivía en un barrio universitario y compartía el piso con dos personas. Una de esas personas era amigo de Kevin. Kevin es colombiano y a penas nos conocimos entablamos una muy linda relación. Justo cuando nosotros teníamos pensado estar por Colombia, él iba a ir a visitar a su familia a Manizales. Así que una vez allá, tratamos de coincidir las fechas y pasamos una semana con su familia en la linda ciudad de Manizales. Allí, en una de nuestras presentaciones del Proyecto Sur conocimos a Gloria y a sus hijos, quienes nos invitaron a su casa. Entre charlas, arepas y sueños, Gloria nos comentó sobre su hermano Herman, un cura que hace 14 años que vive en Durban. Nos pusimos en contacto con él y, después de más de un año estuvimos en su casa. Las vueltas de la vida y lo lindo de las personas que uno conoce en el camino. Gracias a todos!!
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