El pistoletazo de salida en la promoción de la novela comenzó ayer en Mairena del Alcor. Tengo que confesar que yo nunca había estado allí, así que a la ilusión de dar mi primera charla de presentación del libro, se unía la sensación de curiosidad por conocer un sitio nuevo.Mairena me recibió mostrando las dos caras de la moneda, con la que por desgracia nos encontramos en estos tiempos que corren: una parte de la corporación del Ayuntamiento, acompañaba en sus reivindicaciones a un colectivo de trabajadores que, al igual que el día antes aquí en San Fernando, estaban de manifestación luchando por sus derechos. Y otra parte del Consistorio, a la que le tocaba sin duda el lado más amable, tenían montado un festejo simpatiquísimo para celebrar el día de la mujer trabajadora. Cuando llegué era el momento de los juegos, del reparto del cafelito y los churros, de la reunión agradable de un grupo de personas, la mayor parte mujeres, que andaban por allí realizando actividades ataviadas con un pañuelo naranja que al final del acto me regalaron de recuerdo.Enseguida me sentí bien entre ellos, y los que me conocéis sabéis que no lo digo con ánimo de dorar la píldora ni de pretender vender más libros. Lo digo porque es la verdad, porque eran el tipo de gente entre la que no me cuesta nada moverme, el tipo de colectivo que se muestra como es, con la sencillez de la buena gente, donde no hace falta fingir que eres más de lo que se ve, y donde me fue fácil conectar, tanto con el personal del Ayuntamiento, entre los que me vi reflejada en algunos de los trabajos que he tenido en la vida, como en las personas que estaban allí, que eran el calco sencillo y honesto de mucha gente de mi entorno. Conocí al Alcalde, a la gente de cultura, de la mujer (perdonar si no nombro el cargo de forma oficial, pero tuvisteis la clase de presentaros con vuestros nombres y no con vuestros "rango"), a una bibliotecaria encantadora que estaba deseando catalogar mi libro, a Felix que me presentó, a Rosario de Radio Mairena...en fin, a un montón de personas comprometida con su ciudad, con muchísimas ganas de hacer cosas y con las que en un ratito, y por esa habilidad que tenemos las mujeres para encontrar un punto en común, acabé hablando de padres y de hijos, de crisis...de la vida. Me dejó atónita lo que pasó durante la presentación. Vi el ambiente festivo, los juegos, el café entre amigas, y al principio no pude dejar de pensar que para ellos, el momento en que yo me sentara allí a hablarles de un libro que no conocían y de una historia ajena, podría ser incluso una sensación de agua fiestas, de corte incómodo en sus actividades. Pero me sorprendió sobremanera que sólo empezar a hablar, aquellas personas a las que tenía delante, guardaron un silencio respetuoso, acompañado de miradas cómplices o de movimientos de cabeza cuando compartían aquello que yo les decía.Después de media hora de charla en la que incluso hubo alguien que me pidió que bajara el micrófono porque no me oía bien, aquellas personas me aplaudieron, me hicieron preguntas sobre ese blog del que yo había hablado y tuvieron la generosidad de comprar mi libro.Cuando llegué a casa, una de aquellas mujeres había dejado un comentario en la parte del blog dedicada a la novela, para desearme suerte y contar su sensación sobre aquello que parecía que iba a ser un discurso y que se convirtió en una charla cómoda y amena.Mairena del Alcor se me ha metido en el alma, de eso podéis estar seguros. No tengo ni idea de si la novela se venderá o no, de si algún día dentro de unos meses, alguien se acordará de que os espero a la sombra de los tamarindos, pero ahora sé que en la biblioteca de vuestra ciudad hay un trozo de mí para siempre y que en la memoria de esta aspirante a escritora hay un hueco lleno de sus gentes.Gracias Mairena, os llevaré siempre en el desván del corazón.