Cometer faltas ortográficas para escribir más rápido y ser más escueto no significa abreviar.
Este fenómeno comenzó en el ya desaparecido Messenger y en los primeros teléfonos móviles donde los sms estaban a la orden del día, manía que se ha convertido en tradición global. Pocos somos los que aún mantenemos una ortografía legible en las redes sociales y/o Whatsapp. Las buenas costumbres se han ido a pique y el vocabulario correcto de las personas a nivel mundial se ve menguado por una absurda costumbre que provoca, en la mayoría de las veces, que tengamos que sacarnos un doctorado para comprender los mensajes y comentarios que recibimos cada día a través de los diferentes dispositivos electrónicos. ¿Hemos olvidado escribir? Puedo llegar a entender las abreviaturas sin sentido, verbigracia, poner la letra "x" en lugar de la preposición "por", pero combinar "a ver" con "haber" y formar la errata "Haver"/ "aber" o modificar la frase hecha "Hola, ¿qué tal estás?" surgiendo "olawapa k aseh su primah" me parece un insulto directo al diccionario de la Real Academia Española y, en especial, a mi persona como ser inteligente que creo que soy; una falta de educación que, hoy por hoy, muy pocos reconocen como tal ya que lamentablemente la tecnología de comunicación está ayudando en el crecimiento de esta involución lingüística del ser humano.
Esta burda manía se ha visto acentuada a raíz del invento de Twitter, un portal que limita los caracteres a 140 obligando a los usuarios a abreviar sus oraciones al máximo cometiendo inevitablemente faltas ortográficas garrafales que provocan la desintegración de las retinas. Desde aquí hago un llamamiento a los señores del pajarito azul para que doblen el número de caracteres de forma que permita a otros idiomas explayarse más en su lenguaje.
Asimismo, me dirijo a todas aquellas personas de habla literaria paupérrima a que comiencen a cuidar su ortografía y respeten la inteligencia de los demás, porque la forma de escribir influye a la hora de responder o no. Yo, desde ya, informo de que no voy a responder comentarios, mensajes e emails que se caractericen por su falta de cultura. Porque se puede abreviar, pero no abusar.