Revista Diario

Mala persona... pesadillas, insomnio

Publicado el 23 agosto 2023 por Benjamín Amoedo De La Grana
Mala persona... pesadillas, insomnio

Siempre he sido el niño mimado y consentido de mi casa, mis hermanas son mucho mayores que yo, por lo que cuando yo era pequeño ellas ya eran relativamente adultas, además hacía mucho tiempo que no había un niño pequeño en casa, por lo que todas las atenciones se centraban en mi hermanas, padres, abuelos (luego las cosas cambiaron y mi personalidad se forjo de otra manera, pero ese es otro tema)…

Cuanto te conocí las circunstancias nos obligaron a compartir mucho tiempo juntos, como persona introvertida que soy no hablé demasiado contigo, tampoco me gustaba inmiscuirme en tu vida, entiendo que son temas personales, no nos conocíamos, no pintaba nada hacer preguntas o comentarios que pudieran hacerte sentir incomoda. Poco a poco la confianza se fue construyendo y fuimos compartiendo mas cosas, como personas con personalidades fuertes chocamos en algunas ocasiones, cuanto mayores eran las intimidades que nos unían mas fuertes fueron nuestros lazos y yo comencé a verte como esa hermana pequeña que nunca tuve, de una forma inexplicable e incontrolable comencé a preocuparme mucho por ti, a darte consejos, a hablarte y a escucharte porque vi en ti una persona con un potencial y unas aptitudes extraordinarias para tu edad, algo que me trasmitió un gran afecto y me unió a ti para tratar de aportar algo, exprimir y explotar tus capacidades, he vivido en 3 países diferentes y en 6 ciudades distintas, me las he visto de todos los colores, he viajado por muchas partes del mundo y conocido a personas extraordinarias a diestro y siniestro, de todas las edades, etnias, bagajes emocionales, culturas, niveles sociales y ámbitos, por eso cuando veo a alguien extraordinario lo se reconocer porque he visto y vivido muchas cosas, tu como persona con un fuerte carácter, decidida, valiente e independiente te revolvías ante este comportamiento, yo nunca trate de controlarte, simplemente te di mi opinión para que libremente tomaras la decisión que tu quisieras, nunca condicioné tus decisiones o juzgué tus actos, al contrarios, admiro tu personalidad y tu carácter, tu forma de discurrir y de pensar, tu creatividad y naturalidad, tu espontaneidad, me parecen características y cualidades extraordinarias para una persona de tu edad, ojala yo a tu edad hubiera sido así.

Creo que con el paso del tiempo dejaste de verme como un amigo para verme como un foco de respeto y ahí fue cuando las cosas comenzaron a torcerse, cuando comenzaron los gritos, tensiones y peleas entre nosotros, yo nunca trate de controlarte, ni juzgue tus actos, como he dicho te admiro como persona por tu madurez y por tus habilidades y talentos y no puedo evitar preocuparme por ti pero desde el respeto y el cariño que te tengo, supongo que eso marcó un antes y un después en nuestra amistad, toda esa confianza que habíamos construido se rompió y donde había complicidad comenzaron a existir dudas, rifas y discrepancias, yo nunca quise nada mas que no fuera tu amistad, quizás no supe comprenderte como personas con caracteres fuertes tenemos formas diferentes de expresarnos, donde yo quise darte ánimos, ponerte una sonrisa, cambiarte de tema, sacarte del pesimismo en busca de hacer algo divertido tu necesitabas espacio, soledad, a mi me dolía demasiado verte en ese estado y no poder hacer nada para ayudarte, pero al final entendí que somos caracteres diferentes y tu tienes formas distintas de expresar lo que sientes y superar baches… discutimos, gritamos, me quede en blanco, me dolió escuchar de tu parte que por momentos me considerabas mala persona, que juzgaba tus actos y te controlaba cuando en verdad nunca fue así, cuando en realidad yo solo trate de ayudarte sin pedirte nada a cambio y sin segundas intenciones…

Desde ese momento todo entre nosotros se volvió tenso, incomodo, tu comenzaste a interpretar todas mis palabras con una agresividad y un doble sentido que yo no le daba, mis bromas ya no te hacían gracias y no solo no te hacían gracias sino que las interpretabas como ofensivas cuando en realidad no era mi intención, yo era el mismo de siempre, sin embargo donde antes había amistad ahora había agresividad, violencia y palabras duras y cortantes, con otros compañeros te mantenías cercana (incluso con un desconocido que medio te acoso quisiste mantener una amistad) mientras que conmigo existían unas barreras que no acababa de comprender, no me hablabas, me bloqueabas y me tratabas con dureza e indiferencia, algo que me dolía especialmente por que como te he dicho yo te quería y te había aceptado como la hermana que nunca tuve, me llegaste a decir que te arrepentías de haber compartido intimidades y tiempo conmigo y de haberme abierto tu corazón, palabras que de nuevo me dolieron mucho, pero las cuales tampoco quise dar mayor importancia, estabas pasando un mal momento, eres madura, pero no dejas de ser muy joven, hay circunstancias en la vida que todavía te superan, en las cuales eres inexperta, todos hemos pasado por allí, lo comprendí y decidí darte tiempo nada mas, todos decimos alguna vez cosas que no sentimos superados por las circunstancias y los malos tragos…

Simplemente me dolía que de una semana para otra hubiéramos abandonado una “amistad” estándar donde hablábamos libremente sin tensiones sin miedo, cada cual decía lo que quería y salíamos a pasear y a dar vueltas sin mas para compartir un momento agradable, comíamos juntos etc, una relación normal, muchas horas juntos que éramos capaces de aprovecharlas compartiendo cosas y momentos de relax sin tensiones… y de repente ese bien estar se torno en tensión, en tener que medir cada palabra y cada gesto pues todo lo que decía resultaba ofensivo, hasta mi forma de hablar, me decías que no fuera borde, te convertiste un poco en un sargento mandón (algo que me desesperaba pero en cierto modo me gustaba) donde nada de lo que hacía parecía estar bien, si estaba contento y quería compartir tiempo contigo invadía demasiado tu intimidad, si estaba triste, borde y apático te molestaba que estuviera en ese plan y que no fuera mas abierto, si hacia bromas no te hacía gracia, si me preocupaba por tu estado lo considerabas como una forma de control, del mismo modo tus bromas hacia mi eran agresivas y algo duras, no me molestaba, pero me daba rabia ver como tu podías hacer un tipo de comentarios hacia mi que yo no podía hacer hacia ti, me parecía injusto, al igual que me parecía injusto que le dieras un trato mucho mas cercano a los demás del que me dabas a mi, porque en vedad nunca entendí que hice o que pude haber hecho para que tu comportamiento hacia mi cambiara drásticamente en tan solo una semana, de ir a cenar juntos y compartir intimidades como nunca antes a dejar prácticamente de hablarnos.

En tan solo 24 horas todo cambió, nuestros caminos se separaron, de nuevo trate de ayudarte y por unas últimas 11 horas volviste a querer estar a mi lado, todo volvió a ser “normal” aceptaste mis bromas y mis consejos, quisiste estar conmigo y a mi lado, escucharme, preguntarme… que debías hacer, como debías actuar ante una situación difícil, aceptaste mi ayuda y eso me hizo sentir muy feliz porque por fin pude volver a ayudar a mi hermana pequeña y de nuevo sentí que volví a conectar contigo aunque fuera por última vez antes de que nuestros caminos se separaran y no nos volviéramos a ver nunca mas… supongo que tras esa persona inteligente, decidida y con carácter se esconde una persona extremadamente emocional y pasional, que llora y tiembla cuando está nerviosa o no puede amordazar sus sentimientos, detrás de esa convicción y seguridad hay una persona vulnerable que en ocasiones también tiene miedo y que al igual que yo se esconde bajo una fachada te chica dura, a la hora de la verdad los nervios pudieron contigo y por eso acudiste a mi tratando de encontrar en mis palabra esa mente de depredador, fría, agresiva, calculadora y en algunos términos despiadada, sin duda en las circunstancias en las que te viste envuelta yo tengo mucha más práctica, se mantener la cabeza fría y llevar las riendas de la situación, en tu caso te viste un poco desbordada por los nervios como ya dije pero aun así estoy orgulloso de ti por tu manera de actuar y tu deberías de estar orgullosa de ti misma, me pediste perdón, me diste las gracias y un abrazo que interprete como las palabras y el gesto mas sincero de nuestra amistad, dado lo reacios que somos ambos al contacto físico.

Con el tiempo lo veras todo con otros ojos, espero que valores mi amistad y que me recuerdes con al menos el 10% del cariño con el que yo te voy a recordar a ti. Se que estas destinada a hacer algo grande en la vida porque eres una persona extraordinaria, mágica e increíble, en tan solo dos días lo supe y el tiempo reafirmó mi primera impresión, me siento afortunado de haberte conocido y de que el destino te haya arrojado en mi camino.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas