Divertirme. ¿Qué hay de eso? ¿Con que me divierto? Viendo películas, leyendo algo interesante, platicando con mi esposa. ¿Qué cosa me entretiene? Escribir... a veces creo que esto más bien me presiona, me estresa y me angustia. En mi deseo por escribir cosas interesantes, originales, me meto en una espiral que no lleva a ningún lado, salvo a la depresión.
Pienso: tengo que inventarme un personaje para el twitter, tengo que pensar en una historia para el blog, tengo que pensar en una anécdota para el otro blog, tengo que pensar en varias historias para mis cuentos, la novela... tengo que encontrar tiempo e información para mi tesis, tengo que encontrar tiempo para jugar, para descansar, para aprender inglés, para convivir con mi esposa, para pensar en mi trabajo, para convivir con mi familia, con mis amigos y luego, para volver a descansar. Y al final, no tengo tiempo ni ganas de nada, salvo de quedarme sentado frente a la tele y perder el tiempo, o quedarme sentado en la silla y ver cómo se mueve la ropa sin que nadie o nada lo provoque. A veces esto me pone en un estado de trance que me asusta un poco, pero al menos no siento que pierdo mi tiempo. Sí, es un poco estúpido, pero así es.
Pienso en mi, en mi desgracia de vivir, en mi incapacidad para retomar la normalidad, si es que eso ha existido. A veces pienso también que la presión es lo único que me mantiene a flote en la vida. La presión de llegar a la clase de inglés, la presión de entregar 8 páginas en 8 horas, la presión de llegar a casa y convivir con mi esposa que se siente todavía más abandonada que yo...
Hace rato salí a comer y en eso pensaba. Cumplimos 5 años de casados, pasamos navidad, año nuevo y demás festividades más preocupados en las demás personas, en la casa, en la comida, en nuestra salud que en nosotros mismos.
Me siento mal también por eso. Sin duda. He estado más preocupado por no sentirme tan mal, que en tratar de comprender qué esta pasando en el interior de mi matrimonio. Hablamos seriamente de eso hace algunas semanas, pero las cosas no han cambiado. Entre que me deprimo, me enfermo, a ella le baja y en general nos sentimos bastante mal, no hemos podido retomar nuestra vida sexual. A veces somos como dos buenos compañeros que se tratan de buena manera pero sin ir más allá. Comienzo a preocuparme.
Pensaba mientras caminaba de regreso a la oficina que tengo que escribirle lo mucho que la quiero, lo mucho que me preocupa la situación en la cama, en nuestra salud, la espiral de tensión y depresión que nos está llevando a un lugar en el que creo ya hemos estado y en el que no queremos regresar.
Ya hemos pasado por esto en alguna ocasión y pudimos salir adelante. Desafortunadamente no recuerdo cómo fue. Pero espero que en cuanto yo me adapte de nuevo a mi jornada laboral, esta estúpida gripa finalmente ceda y ella pueda estar más tranquila podamos recuperarnos.
Perdón por este post tan desordenado, pero así soy a veces. Comienzo en una parte y termino en otra.