Sigo dentro del capullo y sigo a oscuras, he llamado a un técnico para que me instale una toma de luz y pueda poner una bombilla de led, mientras tanto utilizo una linterna de dinamo que compré a mi amigo el chino y a pesar de que me pego todo el día dando vueltas a la manilla para generar electricidad al menos puedo alumbrar las hojas del libro y seguir leyendo......
......Leyendo “El bolígrafo de gel verde” que se ha convertido en mi pesadilla actual, en mi tormento de los últimos días, me está costando una barbaridad no ya acabarlo sino continuarlo y es que la historia que nos cuenta es cruel, cruel y real como la vida misma con un argumento tan sencillo también como la vida: el asqueamiento que produce la rutina diaria en nuestras vidas.
El protagonista centra la ilusión para levantarse cada mañana en un boli de gel verde, más bien en encontrarlo porque alguien de la oficina se lo ha robado y es por eso que el protagonista mete horas extras esperando que se largue todo el mundo y dedicarse a buscar su boli en los cubiletes de lápices y cajones de sus compañeros de cualquiera de los departamentos de su empresa, se levanta a la mañana con el único objetivo de encontrarlo y se mete en la cama pensando en si lo encontrará al día siguiente, cuando regresa a casa después de la jornada laboral cada vez más larga por culpa de su búsqueda tarda una eternidad en abrir la puerta porque sabe que nada nuevo le espera al otro lado, ni besos de cariño, ni gestos de alegría por haber regresado, se sienta en el escalón del rellano y piensa (yo…. también lo hago). El tipo tiene un plan para huir de esa vida que tanto le asquea una vez haya encontrado el boli y ahora mi objetivo es acabar el maldito libro y comprobar que puede existir un final feliz a tan desdichada vida a pesar de saber que una historia con final feliz es una historia inacabada, anhelo saber su plan de huida por si puedo sacarle yo también provecho.
Este maldito libro me está consumiendo mientras l
as chicas están en la cocina, sentadas en la mesa alrededor de una tetera, nos estamos convirtiendo en "las hierbas" todo el día con infusiones que nos producen arcadas, es el castigo por haber sucumbido ante los placeres prohibidos de la vida, no he podido ganar la batalla mensual contra la manifestación de hormonas que rodearon y sitiaron “villa hemisferios” así que he comido gominolas, he bebido vino y he practicado soffing…..