¡Maldito seas "bigotón" Askargorta!

Publicado el 23 agosto 2011 por Perropuka
Para quienes no lo conozcan, Xabier Askargorta es un vasco que se “hizo a las Américas”, por azares del destino tropezó con un olvidado país. De profesión médico y entrenador de futbol a la vez, fue culpable de clasificar a Bolivia por primera vez a un Mundial en 1994. Desde entonces es objeto de veneración por los bolivianos, sólo por detrás  de la Virgen María y sus distintas advocaciones.
Como decíamos, allá por 1993, llegaba a tierras bolivianas un desconocido cuya tarjeta de presentación era un vistoso mostacho a la antigua. Silenciosamente se puso a trabajar sobre la base de una generación de futbolistas que estuvo cerca del mundial anterior a un mísero gol de distancia.  Armado de paciencia y trabajo metódico, pudo vencer el innato complejo de inferioridad de los futbolistas nacionales, porque buen fútbol ya había, aunque desaprovechado. De ese maridaje entre talento, motivación y trabajo táctico, surgió la mejor selección que ha podido parir el balompié boliviano. El resto es historia, no nos vengan con cuentos los historiadores sobre otras generaciones, yo lo vi de cerca, con estos ojos,  en plena efervescencia juvenil que no es poco. No creo en historias, creo en lo que ven mis ojos.
Pero ¡ay!, “lo nuestro duró lo que dura dos peces de hielo en un güisqui on the rocks, una exhalación nos duró la ensoñación: fuimos capaces de humillar a Brasil que no había perdido nunca en una eliminatoria. Vapuleamos a Venezuela de ida y vuelta que nunca olvidarán. Ya en el Mundial de EE.UU., si bien perdimos por la mínima, aguantamos con temple a la poderosa escuadra germana y le dimos a momentos verdadero baile sudamericano. Retornamos con la cabeza alta, seguros de haber posicionado el nombre de nuestro país en el mapa mundial. Desde entonces hemos seguido la trayectoria del cangrejo. Qué le vamos a hacer, no podemos con nuestro carácter.
Sí, el vasco fue un mago que nos sacó de la realidad, un prestidigitador que nos lavó la mente tan brillantemente que hasta hoy nos duran los ecos de esa efímera eternidad que vivimos. ¿Dime qué te hicimos querido Bigotón para que nos sacaras de la indolencia y autocomplacencia en la que vivimos? Como tú bien sabes, nos encanta vivir en un perpetuo carnaval, en la permanente resaca de autoengañarnos y revolcarnos en la mediocridad, ¿Por qué nos diste alas? ¿Por qué? ¿Por qué?

La generación de oro del fútbol boliviano

Entérate que desde que tas ido, las escuelas de futbol se caen a pedazos, los chicos de hoy  han cambiado los botines de fútbol  por botines y cascabeles de baile. Cada día tenemos más fraternidades folclóricas y escuelas de danza tropical que canchas deportivas. 
Como te habrás enterado, desde tu partida no pasamos de la penúltima posición en las eliminatorias, si no lo sabes, somos unos convencidos de la cultura de lo importante es participar o “al menos no fuimos los últimos. Sí, sí, sólo encogemos los hombros y nos marchamos a casa.
Hoy, ser dirigente de fútbol es una profesión que florece más que nunca. Nos encanta tener dirigentes que viven apoltronados en sus oficinas y de paso les pagamos viajes a los grandes campeonatos de la FIFA y ahora les remuneramos también para que trabajen duro elaborando el calendario de los campeonatos, mira que son tan creativos como para plagiar el sistema de campeonato argentino. Para rematar quieren demostrarnos que también trabajan en la eterna “Restructuración del fútbol boliviano” y se van a las ciudades fronterizas para que nadie los moleste en tan importante meditación y de paso aprovechan la ocasión para reelegirse a sí mismos, saltándose incluso sus propios estatutos. El resto, no hacemos nada porque somos unos masoquistas, levantamos apenas la voz, pero no hacemos nada. A un periodista que tuvo la osadía de denunciar estos hechos y otros, le montaron un operativo para mandarlo a detener como a reo peligroso, sólo le salvó su estado de salud de ir a la cárcel.
Si no lo sabes, no nos gusta sudar la gota gorda para obtener resultados. Nuestro deporte es lo mismo, mandamos a entrenar dos o tres horas a nuestros futbolistas profesionales y luego los despachamos a casa para que se atiborren de comida y el fin de semana de alcohol, porque el ritmo de juego al que jugamos basta y sobra. Lo futbolistas son también humanos, acaso no sabías que nos gusta curar nuestra miseria con bailes y alcohol. Sí, no tenemos dinero para dar una buena educación a nuestros hijos, pero nos sobra la plata para el compadrerío y montar farras con DJs profesionales, orquestas y cajas de cerveza y de paso nos encanta presumirlo en la vecindad.
Por todo lo que nos diste y nos dijiste, maldito seas Bigotón “colonialista”, por traer a estas tierras, la ética occidental del trabajo,  esa  cultura del esfuerzo que tú llamas, la disciplina, la meritocracia, el respeto a los procesos. No nos sirvió de nada, porque no fue real, sólo un hermoso sueño, un maldito sueño.  Por favor no nos vengas de nuevo, con las mismas tonterías sobre motivación  y superación de nuestras taras y  limitaciones. Con la invocación a los dioses tutelares y rezos a la virgen nos bastamos. No queremos tu mensaje occidentalizador, ahora estamos “descolonizados”, ¿no lo sabías?