Malditos Bastardos

“Bla bla bla, bla bla bla, bla bla bla”. 
Esto es lo único que escuchan los fieles católicos, cada vez que leen un artículo arremetiendo contra la Iglesia. Y es que prefieren omitir la verdad o disfrazarla a asumir, que cada vez salen más casos de “pederastia evangélica” a la luz.
Esta vez la macabra noticia de estos sinvergüenzas del señor, se ha dado en El Escorial (Madrid), donde un monje fue denunciado el pasado año tras haber abusado de 3 niños del coro musical de entre 11 y 12 años. Lo más grave: que a día de hoy sigue pendiente de juicio.
Pidiendo previamente perdón por la expresión: ¿En qué coño piensa la Justicia, para no haber juzgado ya a este desgraciado? Me cabreo, y pierdo los modos, cada vez que sale un caso a la luz de pederastia eclesiástica y de abusos a menores por parte del clero, casos para los que pediría un endurecimiento radical de las penas condenatorias para estos. 
Reacción de la Santa Sede: tomó como medidas la separación del cura de su puesto, pero no su expulsión de la orden angustiana.
Ahora es cuando los católicos apostólicos, romanos, cristianos, y desmemoriados dirían: Es un caso de muchos, algo aislado. Pues va a ser que no.
En el mes de Abril, otro cura fue acusado por 8 padres ni más ni menos, de someter a sus hijos a abusos y vejaciones en un colegio de Ibiza. 
Reacción de la Santa Sede (Ibicenca): aseguraron que el cura seguiría ejerciendo como tal, y que no hicieron el caso público, al no considerarlo como un hecho importante. 
Un mes después, en Mayo del presente año, explota un gran escándalo esta vez en Italia, donde un cura homosexual y portador del VIH, (Riccardo Seppia) es detenido acusado de abusar de un menor de 16 años y de haberlo iniciado en el consumo de cocaína. 
Reacción de la Santa Sede: A la tercera fue la vencida. Y es que esta vez, los hechos consiguieron por fin que los superiores de este engendro lo expulsasen de la orden, condenándole duramente.
Como veís, amigos cristianos, no estamos ante casos aislados o únicos. Bien es cierto que no se puede generalizar, ya que todos no son de la misma calaña, y es algo con lo que yo personalmente estoy de acuerdo ya que suelo hacerlo a menudo; pero cuando digo que existen muchísimos casos de abusos en la Iglesia, es porque a los hechos me remito. Unos hechos no asumidos por los fieles, a quienes no les importa encomendar el destino de sus hijos ante centros concertados de sombra cristiana, donde es cuestión de suerte no caer bajo las manos de curas y párrocos abusadores.
¿Qué clase de valores cristianos pueden inculcar estas personas? No se casan ni tienen pareja según ellos mismos, para no tener ataduras o responsabilidades, pudiendo dedicarse en cuerpo y alma al señor. En cambio, abusan y violan a menores, y tras rezar cuatro “padres nuestros” son perdonados. Así es como lo ven ellos. No estamos hablando solo de incumplir el ideario teológico o las reglas eclesiásticas, sino que estamos hablando de delitos, de abusos y violaciones, hechos que están castigados y condenados con penas privativas de libertad, o lo que es lo mismo, CÁRCEL.
Abogaría tal y como antes he dicho, por el endurecimiento de las penas y condenas a estos violadores y pederastas, pero además debería ser legal, sancionar a todos aquellos que a día de hoy, defiende y ocultan los macabros actos de los intermediarios del señor.
Dani Ruiz (Artículo recuperado de mi blog personal anterior - Senderos Traicioneros)