Este no es ni mucho menos un tema nuevo en la red. Muchos son los que lo han tratado y yo, desde mi experiencia, seré uno más porque no puedo ni quiero esconder mi indignación acerca de un tema del que ya hablé hace mucho en otro blog pero que, pasados los años, continúo viendo más a menudo de lo que me gustaría y sería deseable. Y es que a día de hoy siguen siendo muchas personas las que escriben mal en Internet. Qué digo mal, muy mal, y lo peor es que no parece importarles en absoluto mostrar abiertamente sus carencias...
Gente con faltas de ortografía y/o gramática ha habido y habrá. Y más de un tiempo a esta parte a causa del uso generalizado de Internet, en especial en programas de mensajería como Whatsapp o Telegram en los que es habitual (a no ser que se tenga puesto lo contrario por defecto) iniciar conversaciones en minúscula o redactar una frase o todo un párrafo sin colocar una sola tilde en su sitio. Esto se hace por comodidad y por ganar tiempo para poder escribir más texto y más rápido, una práctica que vengo observando desde que hacía uso de las salas de chat. No obstante lo que acabo de comentar se queda corto al lado de algunas expresiones que, sinceramente, hacen daño a la vista.
El origen de semejantes despropósitos lingüísticos habría que buscarlo en los sistemas de mensajes de los primeros teléfonos móviles. Estos, al tener una limitación de espacio, hizo que algunos de los jóvenes de entonces agudizaran el ingenio y abreviaran ciertas palabras para poder expresar mejor lo que querían decir a los demás. Y fue gracias a ello y a las mencionadas salas de chat que cosas como "ktal" (qué tal), "xk" (por qué) y muchas otras que ahora mismo no recuerdo llegasen a ser tan corrientes que todavía en la actualidad es posible ver a chavales (y no tan chavales) hacer uso de dichas expresiones a pesar de que ya no sean necesarias, aunque en mi opinión nunca lo fueron realmente...
Hay quien define estos conceptos como curiosos e innovadores. Se han llegado a describir incluso como un nuevo lenguaje, una forma de expresión propia de quienes hacen uso de las ya no tan nuevas tecnologías pero todo ello para mí son cuentos y la realidad es que el idioma se ve pervertido hasta extremos que no podemos imaginar, máxime cuando esta "forma" de comunicación se ve mezclada con las faltas ortográficas o gramaticales antes nombradas. El resultado es un cóctel explosivo de malos hábitos de escritura que luego, por culpa de no tener una buena base, cuesta mucho de corregir... si es que se consigue.
Ejemplos los hay a montones, y uno de ello sería el uso que se hace de palabras tan similares como "hay", "ahí" o "ay", que muchos mezclan al poner la primera de la que se acuerdan sin tener en cuenta las normas básicas de la lengua. Pero a mí el que más me mata, porque lo llevo viendo desde que era un adolescente, es cuando el prójimo confunde "haber" con "a ver" y termina perpetrando verdaderos atentados contra el lenguaje, como en el caso de la imagen que pondré a continuación...
Yo no sé cuánto tiempo se lleva hablando de esto pero lo cierto es que, aunque parece haber menguado, el problema sigue presente y son muchos los jóvenes que no saben escribir (ni hablar) correctamente su propio idioma. ¿Cómo podemos pretender que la cultura y el conocimiento sean transmitidos si la base falla estrepitosamente? ¿Qué herencia vamos a dejar a las generaciones futuras en este sentido si seguimos así?