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Era cuestión de tiempo que Alberto Ruiz-Gallardón, el exalcaldemadrileño que a punto estuvo de engañar a toda la izquierda con su posturacentrista alejada de lo más rancio de la derecha pepera, se quitara la caretade falso liberal, y dejara al descubierto su verdadera oscura personalidad unavez que ha logrado su objetivo de ser Ministro, de Justicia, o lo que queda deella, para más señas. Ayer, en vísperas delDía Internacional de la Mujer, se despachó a gusto en el Congreso de losDiputados respondiendo a la diputada del PSOE Ángeles Álvarez que le hizo unapregunta en relación a la regresiva futura reforma de la Ley del Aborto. Elotrora lobo con piel de cordero sacó su vena más ultracatólica y fundamentalistapara decir que “En la sociedad actual enmuchas ocasiones se genera una violencia de género estructural contra la mujerpor el mero hecho del embarazo”.
No se dio cuenta Gallardón que esa violencia estructural dela que habla es SU violencia y la de los suyos. Porque violencia estructural esque a una mujer se le interrogue en una entrevista de trabajo sobre susintenciones acerca de tener hijos, siendo esto más vinculante para un remotocontrato que su formación, su experiencia o su motivación. Y porque violenciaestructural es que su reforma laboral limite aún más los derechos de la mujersobre la lactancia o la reducción de jornada por guarda legal, dejando muyclaro que en estas materias los derechos para la mujer ya tocaron techo, y queahora sólo cabe el descenso de nuevo a las cavernas, acercando cada vez más lafigura de la mujer a la del servilismo conyugal y a la función procreadora comomotivo de existencia.
Continuó Gallardón su argumentación con un “lo que vamos ahacer es defender el derecho y la dignidad de la mujer con uno de sus valoresfundamentales, que es el derecho a la maternidad”. Evidentemente que lamaternidad es uno de los derechos fundamentales de la mujer, eso esindiscutible, pero Gallardón se vuelve aequivocar si se cree que para garantizar este derecho debe eliminar otroderecho fundamental de la mujer, ni más ni menos que el derecho a la nomaternidad.Féliz Día Internacional de la Mujer.
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