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Maltrátame: soy un animal decorativo.
Publicado el 28 diciembre 2009 por BloggermamEl Parque de la Paloma es un remanso de tranquilidad de 100.000 metros cuadrados en plena Costa del Sol, en el que viven cientos de animales (gallinas, patos, conejos, pavos reales, gansos, cabras, emúes, además de gatos, gaviotas y algún cormorán despistado) en semi libertad. Es un placer ver cómo estos animales viven y sacan adelante a sus crías con la única ayuda del grano que reparte el personal de mantenimiento y lo que los transeúntes deciden regalar a los animalitos.
Es un enorme placer observar una pradera en la que se mezclan en total armonía gatos, gallos, conejos, o pavos.
Pero este idílico paraíso se torna un infierno para estos cientos de animales cada vez que hay un día festivo y ven su casa invadida por hordas de humanos incívicos, cuyo entretenimiento es molestas a otros animales aprovechándose de la diferencia de tamaño, que no de la inteligencia de un cerebro que el día que deje de funcionar parecerá que nunca fue usado.
Ayer fue domingo, domingo de sufrimiento, de incivismo, de demostración de que por un lado hay mucha gente que está mucho mejor encerrada en su trabajo que ociosa por la calle y de que de padres mal educados es difícil que salgan niños respetuosos con los animales.
Yo evito acercarme al Parque de la Paloma cuando se infesta de visitantes, ya estoy cansado de pelearme con los -niños asilvestrados y padres maleducantes- que confunden una gallina con un balón, o un conejo con un muñeco que se puede estrujar hasta la asfixia, o aquellos que les parece enormemente divertido ver correr una docena de aves espantadas por el agobio de ser perseguidas hasta la extenuación. Espero que alguna vez se metan el recinto de los emúes o de las cabras montesas, para ver si tienen redaños para dar empujones a una animal con más tamaño, fuerza y la misma capacidad intelectual; porque para llevarse huevos de gallina y conejos para echar a la cazuela se ve que sí que están bien servidos.
Ayer las dos gallinas a las que últimamente llevamos arroz, les pasó factura el domingo. Una pasó de tener cinco pollos a tener sólo tres. Y la otra que a duras penas estaba sacando adelante tres polluelos perdió uno en la locura dominical. Esto es sólo un pequeño ejemplo de lo que sucede un día festivo en el hermoso Parque de la Paloma. Un día en el que no ha habido gran afluencia de gente por ser fechas navideñas. Pero cualquier día pueden suceder cosas como el robo de "mi amigo Fermín" (ver foto del inicio), que fue recuperado del maletero de unos indeseables.
El ayuntamiento hace la vista gorda y no le importa que los animales sufran, que mueran, que sean robados, que cualquier desaprensivo vaya a la caza de un conejo, o que robe los huevos de las gallinas. No le importa, porque lo importante es que haya gente y que haga gasto. No va a poner vigilancia, porque una inversión que no van a recuperar. Sólo es importante el mantenimiento de los jardines y del mobiliario, los animales son algo accesorio.
Parece más importante la bandera de España gigante que han puesto para hacerse la foto cada seis de diciembre. De hecho la única vez que he visto policía por la noche en el parque fue en una ocasión en la que perseguían y terminaron deteniendo a unos muchachos. Esa noche la bandera española desapareció, aunque nunca se dieron explicaciones públicas de qué sucedió.
Los animalitos que tienen que sufrir a los vándalos dominicales no votan y por eso no importa que los maten, que los torturen, que los maltraten, o que llegado el caso los guisen en medio del paseo (es cuestión de tiempo).
Maltratar a un animal no es sólo torturarlo hasta la muerte. Molestarlo continuamente también es un maltrato. Hay que educar a los padres, para que sepan mostrarle a sus hijos la belleza de observar animales en libertad. Un legado que les hará más humanos.
keagustitomekedao
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