Os comenté a través de facebook el otro día que el "pequemonstruo" tuvo una reacción alérgica en la guardería. Durante estos días de "cuelgue" de urbasón y polaramine, el pobre pequemonstruo iba con pintas de yonqui ochentero por la casa.
Hoy he hablado con la directora del centro. Se ve que siempre consigue el puesto de jefe el más tonto, y esta no iba a ser una excepción. La cuidadora de mi hijo es maravillosa, se ve que con demasiado talento para ser jefa, y el puesto se lo quedó otra.
Puede que le sea complicado entender que es la seguridad alimentaria, y que no puede cualquier madre traer una tarta de "vete tú a saber de que", unos sandwiches "de lo que sea" o una tortilla de patatas "vete tu a saber como está hecha". En este caso hemos dado la nota el pequemonstruo y yo, cual madre histérica "con razones", pero ¿y si en vez de una alérgia es una salmonelosis? Vamos todos al hospital.
El pequemonstruo "jura" con solemnidad tener la lección aprendida y no haber comido tarta "porque la seño dice que yo no puedo". Y yo voy y ¿me lo creo? Pues no sé, lo vi una vez debajo de una mesa comiendo chocolate, después de estar a punto de llamar a la policía por desaparición, y también "juró" no haber comido chocolate.
Y si un niño es dificil de controlar (ahora le da por pensar que puede volar), 12 niños debe ser imposible. Además el pequemonstruo se las sabe todas, tiene una capacidad innata para "desaparecer" delante de tus narices con cosas que "jura" no comer.
Y aquí estoy, con cara de idiota integral, después del intento de hacer entender a una piedra de los peligros de los cumpleaños (casi tanto como llevar a los niños de excursión al Jurasic Park) y con las sensación de haber quedado como una madre histérica que intenta que su hijo "no se socialice" (palabras textuales). Y sin darse cuenta que "esta madre histérica" podría ponerse la capa de "megabruja" e ir a la comisaría más cercana que está a menos de 100 metros de casa, con su parte médico de urgencias en una mano, y las ley de seguridad alimentaria en la otra.
Como siempre, "gana la casa". Y por favor, "no somos unas histéricas" y no por ser madres nuestras hormonas son tan "malas y cochinas" como para hacer el idiota. Hoy soy yo, mañana otra, después otra... Y tenemos razón, somos tigresas protegiendo a nuestras crías.
Aviso a navengantes: El pequemonstruo cree que cuando le pique en alguna parte de su cuerpo (sea por la razón que sea) le ponen un urbasón. Cuando llegue el verano y hagan aparición los mosquitos es capaz de ocultar a todo ser viviente que le ha picado uno, no vaya a ser que la histérica de su madre lo lleve en volandas al hospital, mientras él grita "mamá, que pasa, te he dicho que no corras con el coche, y no me gustan los pinchos, no quiero que me pongan pinchos, que no, que me voy, ¿que te he dicho?, déjame, que me dejes, no me gustan los pinchos, pues cuando sea mayor voy a ser médico y le voy a poner pinchos a la gente".