mamá! mamá!!!

Siempre me gustó cantar, bailar frente al espejo con un cepillo del pelo cual micrófono.  Sí, tengo 25 años, he estudiado, viajado, conocido gente increíble y otra no tanto, he cantado en fiestas y reuniones familiares y de amigos, pero no, no soy artista. Hay quienes me ponen ese adjetivo porque no paro y amo el arte por encima de todo: cine, pintura, música, danza, teatro e interpretación…. Pero no, no soy artista.
Escucho canciones antiguas “pasadas de moda”, sigo cantando frente al espejo y en la ducha (ES ALGO QUE ME HACE SENTIR VIVA). Esa sensación de que un sueño podría haber sido. No nací con una voz prodigiosa ni talento natural quizá, pero sí, soy artista porque amo al arte.Sigo viendo series de adolescentes, donde todos los finales son felices y los sueños se cumplen (añoro mi adolescencia) y pienso que yo podría haber sido así,… de esas niñas que se van y viven experiencias alucinantes. Últimamente me ha dado por ver una serie donde la música se plasma intravenosa… Me siento, y desde el primer minuto, recuerdo aquellas veces que mi madre llegaba a casa y me encontraba bailando mientras tendría que haber estado estudiando o haciendo tareas. No me arrepiento, esa soy yo. La niña “pizpireta” que desde los 3 años, se apoyaba en la rama de un árbol a bailar como si estuviera dando un concierto a miles de personas. PD: Sigo siendo aquella niña que muchas veces le dijo a su mamá: “MAMÁ, QUIERO SER ARTISTA”!