Revista Literatura

Mamihlapinatapai

Publicado el 28 julio 2018 por El Perro Patricia Lohin @elperro1970
MamihlapinatapaiRoland Okoń Photography

Me mirás. En una fracción de segundo mientras hablamos de boludeces crónicas, te brillan los ojos y los apartás. Te cacho. Creo que por eso tu mirada huye tan velozmente de la mía.
Me encantaría capturar ese momento y que te quedaras unas breves vacaciones viviendo conmigo. Mamihlapinatapai.
Los ojos hablan, pero ni vos ni yo estamos seguros de lo que el otro dice con la mirada. O sí, y nos da un cagaso bárbaro. Estoy desvariando otra vez.
Mientras lo pensamos -mentira, mientras yo lo pienso, para vos sería un desgaste de energía innecesario-, tratamos de focalizar en la charla que estamos teniendo.
¿Se puede confiar en un destello aislado durante una charla intrascendente?
Todo lo nuestro es, fue y será intrascendente. No tiene principio ni fin. Y sin embargo sigue pululando en este tiempo de nimiedades.
Sos como una enfermedad crónica para la que aún no se ha creado ningún medicamento que la aniquile. 


Me dolés en el codo, me dolés en la pierna, me dolés en el lunar que tengo en el hombro izquierdo, me dolés en la memoria de los sueños que tuve con vos y que pensé se iban a cumplir. Me dolés en el recuerdo del día en el que no estabas disponible para un abrazo. Me dolés en la noche que pasamos juntos, y en todas las otras que no. Me dolés en la confirmación de que ya no estarás nunca disponible para algo conmigo. Me dolés cuando decís que extrañás hacer el amor conmigo, cuando ya no hay gas ni calor ni humedad ni levadura para que el amor leude por estos lares. Cortaron todos los servicios mientras no estabas.
Te miro y parecés más viejo, más triste, más distraído, más lejos de quien pensé que eras, más lejos de quien yo quería que fueras. Tu sonrisa no termina de desplegarse, y no hay paisaje marítimo detrás que pueda arreglar semejante situación.
Mi problema no sería sonreír para la foto: puedo, quiero y lo logro. Saco la sonrisa de dónde sea, soy la mejor para mentir. Mi problema es que nunca quise escuchar el resto de los mensajes que me decías con los ojos opacos: todos tan claros y contundentes.
“No te quiero. No te quiero así como vos me querrías a mí.”
Bajás la guardia y vuelve a destellar un niño interior que se te escapa por los ojos. Mamihlapinatapai.
Para ser la palabra más concisa del mundo, es también la más indescifrable del mundo.
Si no querés que te quiera no me mirés más así.

Patricia Lohin

Mamihlapinatapai es una palabra de los nativos yámanas de Tierra del Fuego, conocida como la palabra más concisa del mundo. Describe “Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar.”
Fuente: Wikipedia

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