Una máscara de muerte
te has puesto ayer,
hoy una de diablo,
“mañana de payaso”.
—por cierto—
Las mañanas de payaso
no se parecen en nada
a las de sol
o a las de lluvia.
—alas de sol—
—alas de lluvia—
Las mañanas de payaso
amanecen con arco iris
y de las nubes de algodón
cae una lluvia de confeti.
Las mañanas de payaso
malabarean con sueños empelotados,
entonces hay que brincar en la cama
para poder alcanzarlos.
Una vez brinqué tanto
que alcancé un sueño empelotado;
pero entonces, me caí de la cama.
Aprendí que para alcanzar un sueño
hay que brincar y caerse de la cama.
¡Ay mamá, como duele alcanzar los sueños
en las mañanas de payaso!
Martín Dupá