Hola queridos amiguitos, una entrada cortita para anunciarles que en casa de Dolega, esta noche no se celebrará la noche de Halloween, a pesar de que ella y el Consorte han crecido con esa tradición muy arraigada.
Esta noche en esta casa no habrá calabazas con luces, ni caramelos, ni telarañas, ni galletas de fantasmitas.
Nada que ver con una vecina de la urbanización de más abajo que es americana y pone la casa que la gente le toma fotos, con eso les digo todo.
Aquí habrá una cena normal de diario y nadie se disfrazará de bruja ni de fantasma ni de zoombie.
Cuando llamen los niños disfrazados a la puerta, nadie abrirá y así nos ahorramos los caramelos, que la vida esta jodida, jodida.
Eso sí, en cuanto den las 00:01 del día de todos los santos, el mando de nuestra querida caldera ¡Aparecerá como por arte de magia! Los radiadores empezarán a calentarse y la escarcha de los cristales empezará a derretirse.
A partir de ese momento podremos salir corriendo de nuestras camas, quitarnos los plumas, los tres pares de calcetines, los guantes, los pasamontañas, dejaremos de hechar vaho al hablar y un extraño placer empezará a recorrer nuestros cuerpos.
¡¡¡¡¡BRrrrrrrrrr Que gustito!!!!
El Niño, sin que sirva de precedente, ha prometido que en cuanto el salón esté a 20ºC nos hace el baile del caballo y si hace falta se aprende la letra en coreano, así que tenemos el espectáculo asegurado.
A cambio quiere el control del mando de la caldera el resto del invierno, así que ahí andamos negociando las condiciones del acuerdo…
¿Qué hay alguno de ustedes que se han quedado así, un poco descolocado con lo del baile del caballo?
¡No se preocupen! Yo se los pongo aquí este monumento kitsch y mientras tanto yo me voy apuntando la letra, no vaya a ser que diga que se la sabe, nos cante cualquier otra cosa y nos engañe, que éste se cree muy listo.
Entiendo que no es algo muy apropiado para el día de todos los santos, pero es que con el carácter del Niño, esto es un acontecimiento interplanetario que no nos ponemos perder…lo siento.