Mañana pensaré…

Acabo de ver un post publicitario en Facebook de una App que retoca fotos y elimina sus defectos para dejarlas perfectas.
En el anuncio se muestra la fotografía de una pareja sonriente en la playa, frente al mar. A un lado se veía a una señora por la orilla y al otro a dos personas en el agua. A golpe de dedo desaparecían y solo quedaba la sonriente pareja. Curiosamente la foto retocada parecía ser la de la gente alrededor y la real, la supuestamente modificada eliminando a las personas que sobraban.
Dejando a un lado que el anuncio y la App me han parecido más falsos que el beso de Judas, todo esto me ha hecho reflexionar, porque yo soy de reflexionar mucho, vicio que me da bastante dolor de pelota.
Imagino este anuncio como una metáfora de la vida misma. Un problema, una situación, una relación... Ante las encrucijadas tendemos al retoque, al maquillaje, al tapagrietas, al "mañana pensaré".
Pero mañana todo seguirá igual aunque hayamos borrado con una App aquello que no deseamos afrontar. La foto de nuestra existencia, esa que de mil modos se puede cambiar con el maquillaje de no reconocer lo que sucede, no es más que un reflejo real de nuestra vida. Esa captura del momento cínicamente feliz, no eliminará jamás todos los momentos sombríos que una falsa imagen deseó enmascarar.
Ese "ya pasará", "ya veré" o "con el tiempo todo se solucionará" nos devolverán a la realidad en un mes, un año o cinco con la bofetada de esa foto sonriente e irreal, pero más viejos y con menos ganas aún de dar un puñetazo a la mesa y romper la puñetera foto.
Ayer me comentaba una amiga que su sobrina se casa y que sabe que se va a equivocar, pero que es ella y no su tía la que debe aprender y la que camina su senda. Reaccionará y romperá esa foto retocada dentro de un año o dentro de veinte. Ese será su caminar. Ciertamente tenía razón mi amiga porque cada uno tiene su senda y su foto para capturar momentos y maquillarlos si lo necesita o si lo prefiere. Y todos tenemos que llegar solos a esa necesidad de romper álbumes enteros de fotos para así poder tomarnos nuevas instantáneas.
Luego decidiremos si volvemos o no a retocarlas. Eso ya es otra historia...