Revista Talentos

Mangatarios

Publicado el 14 febrero 2011 por Jcgarrido @jcgarridodp
No logro acabar de entender cómo es posible que Camps, después de ser condenado por corrupción, siga sin dimitir y, además, se postule de nuevo como candidato. Encuentro tan lógico (si presuponemos que el político medio carece por completo de escrúpulos y vergüenza) que se aferre al cargo con uñas y dientes, como incomprensible que su partido lo mantenga en él. Y es inadmisible la excusa de que se trata sólo de unos trajes, ya que este particular sólo prueba la estupidez de Camps al venderse tan barato.
Igual de intolerable resulta el hecho de que Gómez mantenga como número dos a otra condenada en firme por la justicia y trate de justificarla alegando que no se ha lucrado (o al menos no ha podido demostrarse que lo haya hecho) con las actividades que le valieron la condena. Esto es: tirar el dinero de los contribuyentes, como se ha probado que lo ha hecho esta señora, no es una falta por la que un político deba sonrojarse, mucho menos dejar el cargo.
Me avergüenza esta casta política, estos mangatarios que han rebajado tanto el listón moral (ya no hablamos de eficiencia ni de buena gestión), que basta con que uno de ellos no atesore bolsas de basura repletas de billetes de quinientos para que sea considerado un modelo de virtud.
Échenlos ya, leñes; si no lo hacen por sus gobernados, háganlo al menos por mantener las apariencias.

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