Manhattan II

Publicado el 30 diciembre 2013 por Alberto D.

 (New York, USA)
La Aurora  (F. G. Lorca)

La Aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada. 

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.



The Dawn (F. G. Lorca)

The New York dawn has
four columns of mud
and a hurricane of black doves
that paddle in putrescent waters.

The New York dawn grieves
along the immense stairways,
seeking amidst the groins
spikenards of fine-drawn anguish.

The dawn comes and no one receives it in his mouth,
for there no morn or hope is possible.
Occasionally, coins in furious swarms
perforate and devour abandoned children.
The first to come out understand in their bones
that there will be no paradise nor amours stripped of leaves:
they know they are going to the mud of figures and laws,
to artless games, to fruitless sweat.  

The light is buried under chains and noises
in impudent challenge of rootless science.
Throught the suburbs sleepless people stagger,
as though just delivered from a shipwreck of blood.