Ora…Ora. .! Yo te entiendo POPULACHO!
Siempre tu, Populacho, en tu porte de macho domestico, con ropas de la moda pagadas con prestaciones absurdas! Siempre tu, (embarcado) en tu sonrisa plástica y siempre rebajándote a superiores o a quien va a recomendarte mañana. Nunca observaste a la naturaleza en tu vuelta, ni nunca tuviste la osadía de dudar, investigar y renegar a valores que esclavizan y refrenan a millares de seres como tu. Nunca respetaste verdaderamente a una mujer y, cuando lo juras que lo haces, es por que tomas desinterés por respeto.
…Tengo pena de ti, hombre de mi siglo y de mi tiempo! Tengo pena porque te encuentro que corres por las calles, que te tornas tartamudo por nada y por que molestas sirvientas en un autobús lleno. Tengo pena de ti cuando te observo en hileras públicas que esperas por un número, por una consulta, por un aumento de sueldo o, quien sabe, por un internamiento en un manicomio desgraciado. Ah, me gustaría que tu conocieses la farsa de la ciencia y de la sociedad a la que te entregas inocente…
…Tu medicina, Populacho, es una gran mierda y todos ustedes que la practican tienen estreñimiento, cáncer y hemorroides y, el peor: el delirio de pertenecer a la elite social. La prueba de tu incompetencia está fundamentada en tus intestinos, en tus riñones y en tu hálito.
Ah, Populacho! ha llegado el momento de abandonar tu carácter colectivista y de regresar al carácter individualista. Todo lo que es colectivo, es represión, sumisión de tu Yo, desvalorización de tus fortalezas personales. Mientras en el individualismo puedes ir al fondo de ti mismo y estar libre de la presencia de seres despreciables. La humanidad solo podrá emanciparse a través de la revolución personal, pues las revoluciones colectivas son siempre manifestaciones del Deseo de Poder, jamás una real destrucción de todas las maquinas generadoras de la miseria humana. Antes de aniquilarnos los verdugos exteriores, (que son demasiados) necesitamos aniquilar los verdugos que habitan nuestras profundidades, para, a través de esta experiencia personal, poder estar convencidos de “que es la servidumbre humana”, “donde es generada” y “cuales son sus alimentos predilectos”!!! Sólo así se puede lograr un cambio radical, que hasta ahora, no ha sido posible.
Eres esclavo de la tierra; porque la quisiste esclavizar y registrar en tu nombre. Pasas hambre; porque jamás te negaste a trabajar para quien come cinco veces al día. La enfermedad te ironiza, porque tu no respetas tu cuerpo. Los dioses (que no creo) te abandonaron, porque tu presentabas delante de ellos siempre con una expresión de esclavo, de débil y de impotente y porque jamás te atreves a tener un poco de orgullo personal. Donde esta tu orgullo Populacho? Sin orgullo un ser no puede existir! Sin orgullo tu pronto te transformaras en siervo, en vendedor de títulos, en abogado o, cuando mucho, en un capitalista. Sin orgullo tu te contentas en rastrear bajo botas de hombres despreciables, tarados, psicópatas y peligrosos. Y tu lo sabes muy bien de que orgullo hablo, pues existen hombres y mujeres que se enorgullecen por causas y por hechos que causarían vergüenza hasta en un reptil. Que tu orgullo sea por amarte a ti mismo, por poder caminar entre los hombres como si ellos fueran pirámides y, fundamentalmente, por ser tu el único señor de tus actos. Quiero que te enorgullezcas de no pertenecer a nadie ni a nada. A ninguna escuela, religión, filosofía, partido o patrulla de este mundo. Quiero encontrarte sonriente en el sol, siempre de pasaje, siempre deteniéndote por momentos delante de los hechos y los monumentos de los hombres! Tu idioma será el idioma no manifiesto de los pueblos y tu cuerpo jamás te negará el placer que en el habita! Entonces yo te amaré, Populacho!
Si, Populacho, el mundo pertenece al hombre libre o, si prefieres, al vagabundo, al gitano errante, a los hijos del viento que, con su bisturí fueron a los orígenes del todo.
…Quiero hacerte mirar hacia atrás, mostrarte los crímenes que tu practicaste. Tendrás que mirar para los arboles destruídos, para los ríos envenenados, para los campos infecundos y para el llanto de la ralea humana! Y tendrás que golpearte el pecho y asumir tus culpas.
…Aun cuando eres niño ya recibiste en tu cuerpo saludable el virus social de las profesiones. Pasaste tu adolescencia luchando para saber lo que querías ser: Un Veterinario, un maestro, un arquitecto, un motorista,un médico o un rabino… Sé, yo se que en tu íntimo, te gustaría “no-ser-nada”. No aceptar ninguna de estas trampas sociales. Pero, yo se también que existe para el íntimo de los adolescentes, un narcótico que, la sociedad bondadosa distribuye gratis y que se llama: Deseo de Riqueza. Entonces después de ya estar contaminado, tu te lanzas para el lado más lucrativo y más ventajoso y afirmas tener aptitud para tal.
Ah, Populacho! Alejate de todas las sociedades secretas o públicas, de todos los vendedores, de todos los charlatanes y de todos aquellos que nunca se quedaron perplejos delante de una flor que nace en la roca.Aléjate de todas las mujeres que quieren hacerte un macho doméstico, de todas las nuevas mitologías y de todos ataque políticos. Interpreta la voz del mendigo y dale una moneda o un golpe bajo, conforme ello lo meresca. No te sometas a nada ni a nadie, pues sobre ti, ni aun el universo tiene derecho. Aún que te destruyan el cuerpo, aun asi tu razón puede ser superior a todo. Valorizate! Levantate! Deja de sonreír a tus verdugos y de rastrear a los pies de desgraciados. Fija tu mirada, fija tu voz y abre tu grito al mundo! Ese mundo que a ti te pertenece y que al mismo tiempo no pertenece a nadie. Tu no estás solo, contigo están millares de infelices y, tu silencio es la vergüenza más abyecta y más degradante de la humanidad.