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Mantecados Felipe II

Publicado el 24 diciembre 2013 por Jfcascon
Mantecados Felipe II

Mantecados Felipe II

los Mantecados Felipe II, si atendemos a la tradición de este dulce navideño, no serían los más representativos, pero es que realmente están deliciosos y se han ganado por su gran calidad y su producción artesanal respetando sus orígenes un puesto en un mundo que proviene de la otra punta de España. Os explico…

El orígenes de los mantecados

El origen del mantecado data del siglo XVI, unos dicen que en Estepa y otros en Antequera, en las provincias de Sevilla y Málaga respectivamente. En la Estepa, ya por aquellas fechas, se elaboraban “tortas de manteca” en el Convento de Santa Clara y en los hogares de las familias de la localidad. Mas tarde se comenzaron a hacer en porciones individuales y a “secarlos” en el horno para resistir mejor el almacenaje, y la conservación. Hacia 1870 una vecina de la Estepa, Filomena Micaela Ruiz Téllez, conocida por el apodo “La Colchona”, los comenzó a vender en los mercados por los que pasaba su marido, que era transportista de Estepa a Córdoba. En 1934 había alrededor de 15 casas en Estepa que se habían convertido en pequeñas fábricas y poco a poco se fueron abriendo mercados cada vez más lejanos.

Los mantecados Felipe II

Los comienzos de los mantecados FELIPE II  también se remontan al siglo XVI, durante la vida del rey más famoso de Las Españas, pero estos en Bilbao. Lo sabemos por distintas referencias literarias y tradiciones que dejan intuir que estos mantecados fueron el suculento manjar que ofreció en señalada ocasión el Conde de Benavente a su Señor Don Felipe II, y a su augusta esposa Isabel de Valois.

Los mantecados Felipe II están compuesto de harina de trigo, azúcar, harina de almendra de la variedad Marcona y manteca de cerdo, de la que reciben su nombre y se elaboran artesanalmente en pequeños bloques. Finalmente se vuelven en papel de seda y se les dota de un sello numerado e individual. Así se presentan, ya en los albores del siglo XX, a la Exposición Internacional de Madrid de 1903, donde consigue no solo su reconocimiento más preciado, sino el mayor reconocimiento que ha recibido nunca un mantecado Español;  la “Medalla de Oro” junto con Diploma de Honor de 1ª clase. En los años venideros, ya fabricados en Vitoria por  CONFITERÍA BLANCANIEVES TEJEDOR los mantecados Felipe II, reciben multitud de premios gastronómicos,  entre los que destacan las siguientes distinciones:

  • Premio Internacional de Empresas a la Calidad del Producto.
  • Trofeo Internacional a la Gastronomía.
  • Máster Internacional en su categoría de ORO al Producto Artesano.
  • Aguila de Oro, trofeo internacional a la calidad Europa 2011.
  • Estrella de Oro al SABOR SUPERIOR AWARD que otorga El International Taste & Quality Institute de Bruselas (considerado como la Guía Michelin de los Alimentos y Bebidas) 2013.

En definitiva los mantecados Felipe II son como los  mantecados alternativos, desde sus orígenes hasta nuestros días. No nacieron en la Estepa ni en Antequera, sino en bilbao pero comparten igualmente tradición, ingredientes y calidad. Gracias a que su fórmula ha sido fielmente guardada generación tras generación podemos y debemos disfrutarlos todos los años por estas fechas.

Así como en su Imperio “no se puso el sol”, podríamos decir lo mismo de los Mantecados FELIPE II, ya que esta delicia de la repostería española, está muy extendida por el mundo entero. 

Nos cuentan en su web.


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