Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín

Publicado el 09 agosto 2024 por Jimmy Fdz

 

Bibliometro S03E07. Hemos llegado a otro final de temporada de préstamos bibliometrinos, de la mano de una conocida por acá: Lucía Berlín y la edición en español del volumen de cuentos que, hace casi ya una década (¡!), le dio una fama póstuma sin precedentes, ya que en vida, si bien reconocida hasta cierto punto en ciertos círculos, no alcanzó un reconocimiento tan masivo de medios y público por igual. Así que acá estamos, con Manual para mujeres de la limpieza, el libro que gracias a todo lo que es bueno y hermoso dio nueva luz a una obra que muchos desconocían y otros lamentaban como ya olvidada.

Maldito corte de luz me ha hecho perder la inspiración de comentar estos libros, ya saben, las sensaciones frescas luego de cada lectura, no el sobrevalorado "análisis en frío". Bueno, en fin, todo lo que dijimos en Una noche en el paraíso se mantiene en el caso de Manual para mujeres de la limpieza, acaso acá podemos disfrutarlo más dado que hay más cuentos recopilados (de los 76 que publicó en vida, acá contamos 43; vale la pena señalar que no están ordenados cronológicamente), algunos de considerable (y agradecida) extensión. Por lo demás la lectura de estos cuentos fue un verdadero soplo de aire fresco luego de leer ese libro tan pesado como lo es El daño, de Andrea Maturana; por cierto, ahí en la foto está Punto de vista, el cuento que mencionaba en la entrada de dicha novela. Igual se puede disfrutar plenamente de la literatura de Lucía Berlín por lo que es, no por comparaciones o experiencias lectoras previas; sus cuentos no sólo tienen una prosa y estilo exquisitos, perfecta mezcla de buen gusto, gran inteligencia y profunda sensibilidad (humana, social, emocional), yo diría que destacan principalmente por ese poderoso y palpitante torrente de vitalidad, abierta vitalidad, sea para narrar lo bello así como lo sórdido, lo grotesco, lo triste, lo melancólico, lo traumático (y mira que no faltan traumas). En otras palabras los cuentos de Lucía Berlín son pura honestidad (no necesariamente porque tengan inspiración autobiográfica -ya han dicho sus hijos y la misma Lucía que no hay que pensar que su vida es similar al pie de la letra de sus cuentos... a veces es peor, a veces no fue tan terrible-, sino por las transparencia de sus emociones y de las palabras con que se expresan), nada de impostado ni afectado, te cautivan de inmediato con sus personajes, retratados con respeto y compasión, con sus acontecimientos de toda índole, con esa descripción romántica y vívida de los lugares en que transcurren, con sus árboles, flores, esquinas, edificios, cielos despejados o nublados, y con reflexiones e introspecciones engarzadas orgánicamente con la realidad descrita, con el discurrir del tiempo en el espacio y en la sociedad. En este volumen de cuentos veremos tormentosas historias de amor, surrealistas episodios infantiles, violencia y degradación, ilusiones y fantasías, la vida interior secreta y desconocida de lugares y almas aparentemente anodinas (lavanderías, consultas médicas, casas vacías, buses públicos, salitas de telefonistas, etc.), paradisiacos paréntesis, relajantes vacaciones, pero sobre todo el calvario del alcoholismo de Berlín encarnado en sus distintos alter ego, alcoholismo retratado con una brutalidad tremenda pero necesaria. Y las sensaciones son múltiples mientras se leen estos cuentos: ternura, un nudo en la garganta, alegría, inspiración, tristeza, humorismo incluso... El privilegiado lente de Lucía Berlín puede ver gran cantidad de ángulos de cada historia, sabe atraparte desde las primeras palabras.

Y yo, yo soy pura felicidad por haber podido llegar a leer la obra de Lucía Berlín, un alma pura de grandes emociones y magistral, excelente literatura. De lo que Berlín escribe es universal: de la integridad, de la dignidad, de la libertad, de ese constante deseo de vivir plenamente tu vida, aunque no siempre sea posible desgraciadamente, sólo a pedazos, a trozos. Es imposible no conectar con sus personajes, sus historias y su manera tan diáfana de escribir. Como lo dije la otra vez: léanla, se estarán haciendo un gran regalo a sí mismos.


Siete años exactos ha estado circulando este libro por las sucursales de Bibliometro. Un caos de timbres y rayas y símbolos y círculos. Dieciséis préstamos en dicha cantidad de tiempo, merecería más. Por cierto, el  23 de agosto de 2019 está estampado al revés y al derecho, como si al que pusiera los timbres le diera un poquitín de vergüenza y dijera "verga, mejor lo dejo bien puesto". Curiosamente, había pasado un año exacto desde el pedido anterior, fechado un 23 de agosto pero del 2018. Qué entretenida la vida de los libros, ¿no? A pesar de los espacios usados ineficientemente y los espacios no usados, la ficha está casi completa. Qué harán ahora, si se sigue pidiendo. Háganmelo saber, plz.