Manuel/Raquel

La primera vez que Raquel oyó la canción tenía ocho años. La ironía de la situación le arrancó una sonrisa. "Llevar en cuerpo de hombre/una mujer en su mente". A ella le pasaba justo lo contrario. Un cuerpo de mujer, un hombre en su mente. Pero no pensaba acabar igual. Esa misma tarde, se sentó con sus padres y se los contó todo. Su madre esbozó una sonrisa amarga. Ya se lo veía venir. Raquel - su Raquel - siempre había sido un chicazo que disfrutaba más jugando al fútbol y manchando las rodillas del chándal que jugando con las Barbies que todos los años su abuela se empeñaba en regalarle. Su padre no dijo nada. Se levantó, pálido como un muerto y se marchó. Volvió a la noche, borracho como una cuba. Raquel lo oyó entrar en su habitación, dando tumbos. Y el olor a whisky la envolvió cuando él le dio un beso en el pelo y dijo bajito:"Vale".  Hoy es el último paso. Es un hombre para todos. Un hombre de 20 años sin pechos. Pasó por quirófano a extirpárselos hace años. Sin útero y sin ovarios. La histerectomía con anexectomía fue el siguiente paso. Pero con vagina. El telón del anestesista separa sus dos mitades: la superior: un hombre con la barba sin afeitar y la inferior: una vagina entre sus piernas. Hoy esa vagina se convertirá en un pene. Una tos al retirar el tubo y Manuel sonríe al despertar. "Raquel se marchó/es una baja más/Y se fue sin señalar/y se fue sin simular/y se fue sin molestar".