Manzanas podridas

“I know every apple here ain´t bad, but I found a worm in every single one I had”

Podría dar tantas respuestas a esta pregunta que saldría el sol, se pondría la luna y de nuevo volvería a saludar el sol con una sonrisa llena de ironía. Aunque debo reconocer que hace mucho tiempo les quería, les quería demasiado… No me mal interpretéis, aún sigo queriendo a cada uno de ellos pero a pesar de quererles el odio se hace mas fuerte.

Puede que él tuviera parte de la culpa, al fin y al cabo me pasé toda mi infancia deseándole y cuando pude tenerle entre mis brazos como había soñado. El sueño de infancia se evaporó y solo quedó una realidad donde cada uno de nosotros teníamos muchos años mas encima, y muchos sueños e ideales del amor rotos, corrompidos y olvidados. Pero sé que él no fue el culpable, solo parte, ¿pero entonces quién es el culpable? Nadie tiene la culpa, solamente las propias experiencias.

Experiencias… Nos encanta experimentar a todos, dar oportunidades a posibles y apostar por imposibles. Yo por mi parte debe ser que me puede mi lado masoca, me gusta lo complicado, lo sencillo es demasiado obvio. Supongo que por esa razón a estas alturas sigo estando soltera, a principios de años me ofrecieron la oportunidad de comenzar una nueva vida lejos de esta ciudad a su lado, compartiendo cuenco de leche y cesto de mimbre de forma ¿infinita?, lo rechacé. Otra prueba de que me gusta lo complicado.

A principios de año salí con él, moreno, risa divertida, buen gusto para vestir y don de la conversación. Una cita de 10, creo que la segunda preferida que tengo en mi ranking. Ahora le odio. Desde hace unos meses también él captó mi atención, moreno, cuerpo atlético, tímido y con cierto toque lleno de ironía… Mes tras mes me dejaba caer por donde trabaja porque sus compañeros son amigos míos y porque me pilla de paso, literalmente. Ahora no le odio, simplemente estoy muerta de vergüenza, y pensar en pasarme por su trabajo como hacía antes… Me da ardor de estómago. Me recuerda a una escena de mi infancia, cuando salía a la pizarra a hablar en inglés y veía como el resto de mis compañeros aguantaban la risa mientras me fulminaban la mirada, para mas tarde señalarme entre risitas y pasarse notas de pupitre a pupitre.

Hay tantos ejemplos, y tengo tan poco papel… ¿Por qué odio a los hombres? Por las experiencias que me han hecho pasar, por eso les odio pero no nos engañemos… Son mi dulce tentación constante, por lo que una y otra vez más caeré en ellos.

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