¿Por qué si pensabas marcharte no te llevaste tus huellas? Me arrebataste tus pasos, pero has dejado
tiradas por el suelo cada una de sus pisadas.
Como estela sin barco que la preceda, que condena a un vagar eterno a quien la persigue...
Y hay noches en que no puedo
evitar perseguir fantasmas
de luciérnagas por el pasillo,
Aunque sé que esos restos de naufragio con que tropiezo son tan solo el vestigio impalpable y abandonado de aquella frágil crisálida
que nunca llegó a ser mariposa…