Revista Talentos
Se lo contó Fina y ella avisó a Malu. Se les unieron María Jesús, Rosy y la señora Juana, la de la panadería. Hablaron con otras vecinas y armaron su ejército. Cuando llegaron los del desahucio volaron las macetas y, con una sola voz, gritaron que ellas también eran Margarita.