La película, con una fotografía notable e imágenes pausadas que conspiran contra la impronta frenética actual, presenta a la Magdalena desde el punto de vista del evangelio gnóstico: una mujer inteligente y sensible que no está dispuesta a casarse mansamente y engendrar una prole de niños para conformar a su familia, que obviamente la repudia. Lejos de amilanarse o arrepentirse, atraída por la doctrina revolucionaria predicada por un Mesías taciturno y desconocido se convierte en apóstol bajo su prédica y, por su intermedio, acerca a otras mujeres a la nueva fe y despierta un afecto primordial en el corazón del redentor.
La historia se inscribe en el rol que la iglesia católica, con reticencias y vacilaciones, ha reconocido en María Magdalena como apóstol entre apóstoles y mensajera de la resurrección. Lejos de la conocida referencia a la prostituta, penitente y pecadora que el papa Gregorio Magno urdió en el año 591 ya Juan Pablo II había aceptado su función trascendental en tal sentido, pero fue el actual papa Francisco quien en el año 2016 finalmente reivindicó su rol evangelizador así como el afecto especial que había sentido Jesús por ella.
Claro que no todo son reconocimientos y revalorizaciones, porque su lugar como compañera fiel, sacerdotisa funeraria y testigo privilegiado de la resurrección fastidia notoriamente a Pedro, quien a mayor abundamiento no sólo negó tres veces a su Maestro sino que además esboza una duda maliciosa en vez de regocijarse cuando Magdalena anuncia la esperada buena nueva, precisamente porque proviene de la boca de una mujer.
La película hace hincapié en el mensaje de Jesús que trasciende la libertad individual en aras del amor al prójimo, que parece haber sido internalizado en toda su extensión por Magdalena en oposición a la visión dogmática de Pedro, en adelante abocado a construir los cimientos de un nuevo poder; al contrario, la herencia espiritual de su compañero parece concentrarse en la retórica firme y amorosa de la mujer cuyo rol en la historia ha comenzado a ser resignificado.
La fotografía corresponde al aviso publicitario de promoción de la película.
Con el paso del tiempo se trasladaron a esta ciudad a fin de cursar estudios universitarios y comenzaron a elaborar, de manera casi intuitiva y buscando información en los tutoriales de internet, incipientes cocciones destinadas a obtener el líquido amargo y ambarino que reconoce una pluralidad de matices. Claro que con una olla de aluminio y una heladera pequeña poco era lo que podían hacer, y los primeros experimentos resultaron poco halagüeños en cuanto a sabor y textura.
No obstante el empeño pudo más y con los años fueron encontrando la manera de producir cervezas artesanales de reconocida calidad; como no podía ser de otra manera, la abuela encontró la vieja receta extraviada que emplearon para obtener nuevos sabores y estilos. En el año 2013 su Blonde Ale obtuvo medalla de plata en la South Bear Coup, preanunciando la distinción de oro que llegaría al año siguiente en Belo Horizonte, esta vez con el sabor intenso de la variedad Barley Wine.
No soy afecta a este líquido elemento, pero el domingo por la noche la propuesta de Julio y Nora sonaba atractiva: unas cervezas, unas tortillas o pizzas para charlar un rato mientras la noche helada se desplegaba fuera. Cheverry, con su local montado en forma de tonel, tablones de madera y una carta completa para elegir sumada a sus catorce variedades de cerveza artesanal, nos brindó un ámbito agradable donde departir sin prisa y brindar a la salud de futuros encuentros.
La fotografía pertenece a la página web de Cheverry.
Piel afinada
La exfoliación resulta imprescindible tanto en los meses fríos de invierno como en el estío abrasador, y aunque deviene tan necesaria en el rostro como en el cuerpo es la piel del primero la que padece los efectos del sol y de las temperaturas gélidas con mayor intensidad por la exposición permanente. La regla de oro, que resulta una cuestión primordial en verano o en caso de visitas a países cálidos, es la aplicación de protector solar a toda hora, aún en las postrimerías de la puesta del sol.
Como recuerdo de mi última incursión a tierras brasileñas, en aquellos felices días de letargo al sol en compañía de nuestros amigos, retornó conmigo en el equipaje el jabón exfoliante adquirido en la farmacia naturista de Ubatuba: semillas de albaricoque trituradas afinan sin agredir la delicada piel del rostro y se pueden emplear regularmente también en el cuero cabelludo, para limpiar el folículo piloso y promover la salud capilar. Las únicas precauciones a adoptar son básicas: no excederse en la frecuencia e higienizar, enjuagar y aplicar un buen acondicionador a posteriori.