- Hola, ¿de dónde eres?
Y así te conocí. Fue la primera vez que vi esos ojos que llevan conmigo más de 10 años. Fue una noche para el recuerdo. Como estar durmiendo en una especie de nube que sabes que siempre estará ahí. Aunque nos presentara tu amigo sabía que el destino era que entraras en mi vida y vinieras para quedarte. Al menos, para darme los mejores años de mi juventud.
Pues bien, después de todo nos llevamos toda la noche hablando, la luna brillaba para nosotros y los demás estaban al lado nuestra pero dejaron de estar cinco minutos después de que nos presentaran. Fue perfecto, una noche diseñada para el amor. Tú, yo y nuestro primer beso. Aún no tengo palabras para describir esa sensación, eso que dicen de las mariposas que suben por la barriga, existe. Es como un nervio que aprieta y gusta. Unas cosquillas que más que dar risa, ilusionan, llevan otro mundo. Te hacen flotar.
Ayer fue nuestro aniversario. Tres años ya, como pasa el tiempo. Desde nuestro primer beso he sentido las mariposas millones de veces, cuando hicimos el amor en esa playa desierta, cada vez que has venido a abrazarme por las mañanas mientras yo preparaba el desayuno, todas las veces que nos hemos duchado juntos, el día que nos dieron las llaves del piso y la noche en la que estrenamos cada una de sus habitaciones. He vivido años de lujo a tu lado.
Pasa la vida y diez años, todo un sueño del que no quiero despertar,
nuestros hijos van creciendo, el perro sigue a nuestro lado. Hemos creado un hogar lleno de amor y felicidad, la vida nos sonríe. Lo único que me preocupa es que si esta maravilla es real o aún estoy soñando.