Marruecos

Marruecos es el más occidentalizado de los países islámicos norteafricanos, con una suerte de falsas elecciones que siguen dejando el poder en manos de un monarca totalitario, pero menos. La imagen que ilustra la entrada, corresponde a un mitin del Partido Justicia y Desarrollo, la versión progresista de la sociedad en el país musulmán. Observen ustedes: ¿Cuantas mujeres ven en el mitin?. ¿Cuantos hombres sin barba?. La indumentaria y la imagen progresista del país más avanzado en el norte de Africa, precisan la inestimable ayuda de D. José Luis, el del talante, para que les conmine a cubrir la cuota femenina de asistencia del mismo modo que hizo él con la paridad de su gobierno, o que prohíba tanta barba en nombre de la libertad, como se hizo en este país con el hábito de fumar en la calle a menos de cincuenta metros de un parque. El Sr. Zapatero les hablará de la laicidad del Estado, cuyo concepto es discutido y discutible, como el de la monarquía, mientras en su corazón late acompasadamente la república, república, república. De tal guisa, lo más probable es que el leonés errante no abandonase vivo la monarquía alauita, pero eso sí, convencido de su papel mesiánico entre el occidente civilizado y el oriente medieval. Observen, por favor, otra vez, la fotografía del mitin. ¿Se imaginan algo similar en España, Italia o Alemania?. Desde luego que no, por supuesto que nuestra sociedad está a años luz de cualquiera de estas naciones, hasta de la más desarrollada y democrática. Por eso no es posible la alianza, sino la ayuda, no cabe la negociación, sino la educación y el convencimiento de que valores occidentales, como la libertad y la igualdad, no son, ni serán nunca, negociables. Hasta entonces, dejémosles con sus mitines, sus repúblicas islámicas, su condena capital a los homosexuales y su pobreza infinita, pero no podemos caminar con el eufemismo de la alianza de civilizaciones, porque ni puede uno aliarse, ni esas son civilizaciones; así de simple.