Ha apostado por sacar partido tanto a sus potenciales reservas petroleras como a la producción de electricidad procedente de generadores eólicos o de placas solaresFrente a la difícil situación que viven los productores de energías renovables en España, y ante la oposición política que ha levantado la prospección petrolera en canarias, Marruecos se está erigiendo como un formidable competidor energético, que al tiempo que intenta sacar partido a sus reservas petroleras, dedica fuertes inversiones al desarrollo de sus sectores eólico y solar, proyectos en los que incluso participan empresas españolas.
La última apuesta marroquí en energías renovables es el arranque de su proyecto para contar con la mayor planta eólica de toda África en la región de Tarfaya (al sur del país), que prevé operar a principios del año próximo, con una discreta producción de 50 megavatios, que a final de 2014 se incrementará hasta los 300 millones de megavatios.
El proyecto, promovido por la francesa GDF Suez, en alianza con la local Nareva Holding, tiene un coste de 500 millones de euros y evitará la emisión a la atmósfera de tanto CO2 como si hubiese plantado 150 millones de árboles.
También una instalación eólica de 50 turbinas está a punto de comenzar su generación eléctrica a un centenar de kilómetros al este de Tarfaya. Se prevé que ésta produzca unos 100 megavatios a partir del mes próximo.
El objetivo oficial es que la energía eólica proporcione 2.000 megavatios de aquí al año 2020, de los que la mitad ya están operativos o en fase de construcción.
Impulso solar
Pero no es la única apuesta del reino alauita. Las autoridades iniciaron a finales de abril la construcción de la primera de cinco plantas solares en Uarzazate, en una zona de 200 kilómetros cuadrados al sur de Marrakech. Esta primera planta producirá en torno a 500 megavatios de potencia, de los 2.000 megavatios que se espera conseguir también procedente del sol en los próximos siete años, con una inversión de unos 7.000 millones de euros.
Para finales de año, se planea licitar la segunda fase del proyecto, que proporcionará unos 300-340 megavatios de potencia.
El grupo saudí Acwa Power International es el encargado de construir y operar la nueva instalación, que a su vez ha subcontratado la participación de un grupo español configurado por el grupo Acciona junto a las ingenierías Sener y TSK. El Gobierno alemán es también socio del proyecto, al que ha destinado 115 millones de euros.
El contrato fue adjudicado el pasado 29 de abril y se espera que la instalación sea operacional en el segundo semestre de 2015. La agencia de energía solar de Marruecos, conocida como Masen, comprará la producción durante un plazo de 25 años.
Para 2014, el Gobierno de Rabat también tiene además la intención de construir otra planta solar que producirá unos 500 megavatios de potencia en la ciudad de Ujda, situada a unos 60 kilómetros al sur del Mediterráneo.
Exploración petrolera
La ofensiva marroquí en renovables se suma al impulso que ha recibido la explotación de sus reservas de hidrocarburos. Frente a los 6.000 kilómetros otorgados por el Gobierno español a las prospecciones del grupo Repsol a 60 kilómetros de las costas de Lanzarote y Fuerteventura, Marruecos ha concedido autorizaciones para que se explore cerca de 80.000 kilómetros cuadrados, algunas de ellas a sólo 50 kilómetros de las costas de Canarias, aparte de otros 120.000 kilómetros cuadrados para explorar en tierra firme.
A lo largo de sus 3.500 kilómetros de costa, Marruecos cuenta con unos 40 pozos operativos, mientras que las autorizaciones se han multiplicado por doce desde el año 1977. El Gobierno preveía completar unos 80 pozos en exploración o desarrollo. Sólo el entorno de las canarias se concedieron una decena de autorizaciones.
Los expertos ponen de relieve que la media de operaciones de exploración petrolera es de sólo 0,06 pozos por cada cien kilómetros cuadrados, bastante por debajo de la media mundial.
España y Marruecos están aún dilucidando una demarcación oficial que fije una mediana para poder delimitar la explotación de recursos. De hecho, los responsables ministeriales marroquíes han pedido que el tema se aborde de forma concertada, aunque el veto político del Gobierno canario a las operaciones de Repsol, basadas en un hipotético daño a la industria turística.
El propio ministro de Industria, José Manuel Soria, puso de relieve que si hay petróleo en la zona, algo bastante probable, será Marruecos la que acabe sacándolo todo si es que no se llega a un acuerdo para compartir su explotación. Estimaba que la capacidad del yacimiento sería de unos 140.000 barriles diarios durante 20 años, el 10% del consumo nacional de España, algo de lo que nuestro país no debería de prescindir.
Fuente: zoomnews