se suceden atropelladas
en este desorden calculado
Y tu eres trigo en verano
maduro y radiantey esperas la cosecha
de manos expertas
que tomen tu fruto
Y yo soy jornalero
mientras preparo mi hoz
y afilo mis manos
para cosechar el oro
de tu fecundo vientre
Y las noches y los días
se funden en deshorasen esta distancia impuesta
Aliento de porvenires
seremos la nueva sangrepara viejos rituales
en un profano altar
de sábanas y caricias
haremos el sacrificio
a ese viejo dios hambriento
que invocan tus labios
en el gemido sordo
que culmina la comunión
de nuestros cuerpos
Y los besos y las caricias
fundirán el hielo oscuroen ese instante tan deseado