Revista Diario

Mártires y héroes: entre la libertad y la verdad

Publicado el 01 agosto 2018 por Decorarmonia Priscilla Locke @decorarmonia

Libertad y verdad, los dos valores que la sociedad debería defender. En los últimos tiempos estos dos valores se empiezan a postergar en pos de una minoría con problemas de aceptación interna, que busca restringir a los demás para su propia satisfacción. Es imperativo para todos quienes tengamos alguna plataforma en Internet, expresar nuestro desacuerdo ante políticas que atenten contra la libertad y la verdad. En este artículo intentaré mostrar mi postura ante lo políticamente correcto y el totalitarismo post moderno.

Mártires ofendidos

Una persona que ha sufrido en su vida discriminación y ha sido víctima de acoso constante en todas las áreas de su vida levanta su voz de protesta. Otros se unen. Quieren reinvindicar años de dolor. Y buscan justicia social. Para ello, censuran todo lo que les recuerda aquellos casos de dolor. Una comedia donde aparece un personaje que lo parodia. Una caricatura donde sale un estereotipo ofensivo. Un libro para niñas que habla de las viscisitudes de tener novio. Un vídeo juego donde la protagonista no es obesa. Todo eso se convierte en enemigo del grupo de mártires, que como en las épocas de la inquisición, con antorchas encendidas, cazan toda expresión artística que les lesione ahí donde les duele.

Como dicen por mi casa “el que se pica pierde”. Si eres parte de los “ofendidos” porque hay personas que señalan la verdad con palabras llanas, es hora de reflexionar. ¿En serio necesitas que el mundo cambie para evitar herir tu susceptibilidad? ¿No crees más pertinente y empoderador trabajar en tu extremada sensibilidad? ¡Imagina por un momento que no te importa lo que digan los demás! Ellos pierden todo poder sobre ti para ofenderte. ¿Y si trabajas en ti mismo para fortalecer tus debilidades en lugar de pedir que te traten como la pobre víctima? ¿Y si eliges ser un héroe?

Elige ser el héroe

La vida no es color de rosa para nadie. Crecer duele. Enamorarse y ser rechazado duele mucho. Esos años de la adolescencia cuando nuestro cuerpo creció de modo poco armónico, y nos costó trabajo aceptar la imagen que arroja el espejo. A algunas personas, estos traumas no los dejan dormir, los años no sanan sus heridas pues las escarban todas las noches con pensamientos, están atados a sus fantasmas. Y en lugar de soltarlos, de hacer un trabajo interno necesario para lograr la expansión de su consciencia y experiencia física, se aferran más a sus miedos, se inventan neologismos y pretenden que todos los usemos para no lesionar sus heridas abiertas.

Siendo la vida complicada para todos quienes vivimos en este planeta, la mejor postura es elegir el camino del héroe, en lugar del camino del mártir. El héroe, al aceptar el llamado a salir de su zona de confort, lo deja todo, va a la batalla. Se sacrifica, sí, pero ese sacrificio es solo parte del proceso, no es su fin ser un mártir. El héroe busca la transformación, que necesariamente significa su muerte. Tras la catástrofe y la destrucción amanece un nuevo día. El héroe renace y alcanza un nuevo nivel. Se ha expandido, ha alcanzado otra zona de confort y está listo para nuevas aventuras.

Este viaje del héroe es la analogía de la vida que merece ser vivida. Todos en algún momento de la vida sentimos ese llamado, vocación, necesidad, enamoramiento… ese impulso que nos hace querer romper con nuestro entorno y arriesgarnos. Es un riesgo porque siempre ese llamado puede ser un error. En lugar de pedir que se nos allane el camino ante posibles equivocaciones o fricciones, hay que ser como el héroe y tomar las riendas de la vida. ¿Que te tocó vivir en el cuerpo equivocado? ¡Pues qué hermosa misión para tu vida! Conquistar tu vida, yendo contra todo sin arrasar las libertades ajenas. Porque esa libertad de los otros es tan importante como la tuya.

Si quieres ser un héroe, no puedes pisotear la libertad de los otros. Incluso esa libertad de los otros para rechazarte.Mártires y héroes: entre la libertad y la verdadTuitea esto:

Así se crece. El espíritu se forja en los golpes, en los rechazos. No en un entorno seguro, usando las ruedas del triciclo, sin aprender a balancearse en una sociedad libre, donde no somos una colmena, tenemos pensamiento independiente y libre albedrío. Respetar la libertad de los otros para recibir el respeto de los demás. ¿Que alguien no te respeta? Siempre eres libre de cambiar la dirección de tu vida, no prestar atención a ofensas, y mirar lo positivo. ¿Que los otros no te aceptan? La aceptación primordial que deberías buscar es la tuya. Acepta tu verdad.

¿La biología es un invento?

La verdad se define como lo que describe la realidad. ¿Qué es real? El método científico es lo mejor que tenemos dentro de nuestros limitados sentidos para describir lo que es real. Quienes vivimos en este planeta tenemos un cuerpo orgánico que lo describe la ciencia en una de sus ramas: La biología. Los científicos que usan la biología, por ejemplo, los médicos, estudian los órganos, las células, utilizando equipo que mide la realidad, aprende los procesos biológicos y como el cuerpo intenta auto curarse para acelerar este proceso, evitar infecciones y mejorar la calidad de vida. Los humanos tenemos cuerpos sexuados. Nuestra reproducción requiere al sexo opuesto. Tenemos médicos especializados en las diferencias biológicas más evidentes: hombre y mujer. La ciencia ha logrado descifrar el código genético, los cromosomas. Así, la importancia de la biología es innegable.

La biología no es una construcción social, pues en animales machos y hembras se pueden ver rasgos similares a los comportamientos humanos: la competitividad de los machos en contraste con el cuidado de los cachorros por parte de las hembras. No hay conspiración aquí para que las hembras sean las que sigan roles. Así se descarta la idea de que el concepto biológico se puede descartar y que es posible fluir entre géneros.

La biología no fue impuesta por la cristiandad. Empezar a mezclar conceptos forma parte del discurso ideológico que pretende separar la biología de la realidad donde se debería basar la legislación de la sociedad.

El autopercibirse como mujer no evitaría un problema de próstata de la señorita trans. Así como el verse a sí mismo como varón no evita menstruar cada mes al chico trans. El cuerpo biológico es innegable. El macho y la hembra son diferentes en todas las especies. Los humanos no somos tan diferentes que los monos en dicho aspecto. Nuestros órganos son diferentes, nuestras hormonas son diferentes. No podemos negarlo por muy convencidos que estemos de lo contrario. El cuerpo biológico esta ahí. No soy mujer porque el cirujano que me trajo al mundo así lo dictaminó. Soy mujer porque mi cuerpo así lo grita. Es biología. Es real. Es verdad.

La biología entonces, es parte de lo que es real, de la VERDAD y como tal, no puede ser negada, pues de hacerlo, caemos en el vacío, el maquillaje, las suposiciones, más leyes para ir reglamentando cuanta cosa nueva surja en la mente de alguien. LA MENTE, donde la ciencia no puede aún escarbar porque no hay instrumento médico alguno que lea los pensamientos. Por ello no podemos leerle la mente a nadie y es imposible adivinar si alguien se autopercibe como algo que difiere de lo que los cinco sentidos indican.

Las leyes por tanto, deben ser escritas en base a lo REAL. Hacerlo de otro modo atenta en el futuro con las sociedades libres pues cualquiera puede basarse en algo subjetivo para crear leyes absurdas que reprimen, que atentan contra la LIBERTAD. Por ello, la VERDAD no se puede retirar de la ecuación.

Es muy peligroso saltarse los valores de la libertad y la verdad por el fin de apaciguar a grupos de gente que se ofende. La libertad y la verdad deben estar sobre todas las cosas. Sobre toda ideología. Sobre toda legislación. Sobre toda sociedad. Condicionar la libertad de expresión y pensamiento para no ofender a una minoría nos volvería hipócritas, resentidos, oprimidos. Si se obliga a alguien hacer algo que no le gusta, no es diversidad, es opresión. Si se obliga a hablar de una manera anti natural y se multa a quien no lo haga, no es inclusión, es dictadura. Si pretendo que mis gustos personales sean compartidos por el resto de ciudadanos no lees estoy haciendo ningún favor, estoy atentando contra sus libertades. Si a alguien no le gustan los homosexuales, es su libertad. ¿Por qué imponerles un estilo de vida que no desean? Eso no es progresismo, es medieval.

La verdad nos hace libres

Reflexionemos. Si queremos que nuestra libertad sea respetada empecemos por respetar la libertad de los demás de pensar de manera diferente. La verdad debe prevalecer por sobre los sentimientos. Alguien dijo por ahí: a la realidad no le importan tus sentimientos. Suena cruel, pero es cierto. Si no te gusta tu verdad, hagas lo que hagas, no podrás cambiarla. Si dejas de rechazarla y la abrazas, te liberas. La aceptación de la realidad es el primer paso para tu camino como héroe. Acepta lo que tienes, y vive feliz. Todos merecemos ser felices.

© 2018, Pitonizza Punto Com. Licencia de uso: Atribución-SinDerivadas CC BY-ND

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