Recuerdo cuando me realice mi primer tatuaje hace tres años, me recuerdo ir con algo de temor y malicia a la silla del tatuador, pero con un mensaje claro de que era el momento. Muchos años he oído historias de personas que se arrepienten de haberse tatuado tan jóvenes, yo creo que nunca me arrepentiré o por lo menos por ahora no lo he hecho. Siempre he visto con admiración ese valor de tatuar tu cuerpo, de plasmar en tu piel historias imborrables y crear una melodía que aunque es muy personal puedes compartir con los demás, así comenzó todo, como una admiración, a los 11 años vi el primer tatuaje que quería realizarme, era una nota musical y así fui creciendo, poco a poco mi idea del tatuaje fue evolucionando y transformándose hasta lo que al final llegue a trazar en mi cuerpo.
Creo que el tatuaje es algo hermoso y una tradición tan antigua como la misma historia pero también es una responsabilidad gigante y muy reflexiva, muchos se tatúan por amor, por arte o en algunos casos errados incluso por moda, yo me tatué por no olvidar, a lo largo de nuestra vida en sus altas y bajas muchas son las cosas que nos marcan y nos hacen cicatrices, eso es mi tatuaje, una marca que me recuerda cada mañana el camino que comencé hace tres años y el que continuare hasta el fin de mis días, me recuerda lo que pase y lo que me hace sentir gigante y en paz conmigo mismo.
Mas allá de la tinta aprendí que ese tatuaje era parte de mi antes de estar en mi piel, aprendí a ver la vida distinta y a no juzgar a los que la miran como yo, aprendí que nunca me arrepentiré de mi camino porque el caminante se hizo de él, aprendí que cada polo de mi cuerpo es perfecto y me recuerda la lección más valiosa de la vida la conexión con uno mismo y que siempre se puede ser mejores cuando entendemos la vida como un tatuaje, sintiéndonos con esa mezcla entre susticos y valentías.
Mi mensaje para los chamitos como yo que quieren tatuarse es que lo piensen mucho antes de hacerlo, porque es un paso inmenso y un proceso del que luego podemos arrepentirnos, a mi me tomo 6 años para decidirme, siempre recuerda que el tatuaje es algo para toda la vida, no es un capricho y mucho menos una moda y sobre todo que cuando te tatúes sea algo que realmente sientas que es parte de ti, del que sientas que significa un paso en tu camino y del que estés por seguro nunca querrás borrar de tu piel porque ya estará escrito en tu historia.
Hoy se cumplen 3 años de haber escrito esa hermosa oración en mi cuerpo, ese signo hindú para muchos o símbolo parecido a un “30” para otros, para mí la oración del OM es mi conexión con el universo y lo espiritual, es la muestra de que Dios está en cada uno de mis pasos y de que yo soy parte de Dios. Ya tengo dos tatuajes de los que nunca me arrepentiré y de los que me siento orgulloso y se que no serán los únicos, se que ha de escribirse más historia en este lienzo y que sin duda alguna tengo seguro que un Tatuaje es algo que va mas allá de la tinta, es algo que es parte de nuestra historia y nuestra reflexión.