Pasan los días, las semanas, los meses y parece que la situación económica que envuelve a la sociedad y al tejido empresarial, a cualquier escala, continúa siendo rigurosa. Sin embargo, y aunque resulte insólito, fruto de la adaptación a tal contexto y gracias al impulso de las nuevas tecnologías, han surgido y continúan apareciendo otras fórmulas competitivas que vislumbran algunas oportunidades. Es el escenario de la economía creativa.
Hoy por hoy las actuaciones empresariales se inundan de ingenio para poder llevar a cabo estrategias audaces que aseguren el éxito de sus proyectos. Colaboraciones y financiaciones 2.0, convenios novedosos, relaciones de cooperación inéditas, optimización y reutilización de recursos e, incluso, trueque de productos y servicios entre empresas y/o emprendedores son algunas de las tendencias que los rigen. Proyectos en el que las personas, interna y externamente, se convierten en auténticos protagonistas, siendo su fuente de inspiración y exigentes examinadores de ellos a la vez.
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Asimismo en esta nueva era del exceso comedido, el contenido de dichas acciones resultantes, especialmente en lo que se refiere a los procesos comunicativos de gestión y comerciales, también ha variado como consecuencia del sistema, evolucionando hacia una racionalización mucho más creativa y directa. La síntesis y la originalidad de conceptos, el menos (y distinto) es más o la sencillez informativa aportan ahora un valor añadido a la efectividad y al entendimiento entre distintas partes. Claro ejemplo de tal dinámica son las propias redes sociales u otras aplicaciones on-line, que posibilitan eliminar lo superfluo para compartir de forma concisa sólo aquello que puede interesar al destinatario o parezca curioso. Tanto es así que en ocasiones todo se reduce ya a una mínima expresión a través de referencias muy sintetizadas y/o un simple enlace a información adicional.De este modo se demuestra que, con entusiasmo y adaptabilidad, cualquier propósito puede ser posible, a pesar de este complejo contexto economizador. Es tiempo por tanto de innovar, de compartir, de crear, de optar, de sentir y, sobre todo, de ser realista. Es el momento de buscar oportunidades aparentemente descartadas o no contempladas en otras circunstancias, que permitan impulsar iniciativas sin florituras y que generen, por lo menos, expectativas optimistas.
Periódico ESCAPARATE. Suplemento de economía (Junio-Julio 2012)