“Es la compasión y el respeto hacia los animales y la Naturaleza lo que nos hace humanos de verdad”-Albert Schweitzer- CompartirEdward Osborne Wilson, conocido biólogo y etólogo, acuñó lo que se conoce como “biofilia”, una dimensión que los propios animales nos transmitieron ya desde esos remotos años por una razón muy concreta. Los grupos de humanos que tenían con ellos a uno o más perros tenían mayores probabilidades de sobrevivir. La íntima unión que estableció el ser humano con el perro nos ayudó a comprender mucho más los ciclos de la naturaleza, y a buscar recursos como agua y alimentos. Eran fieles compañeros a la hora de cazar y compañía en momentos de soledad.Desde entonces, y a pesar de que todos somos conscientes de que un animal no es un ser humano, nuestro cerebro es capaz de reaccionar ante ellos del mismo modo: segregamos oxitocina cuando los tenemos cerca o los abrazamos. La hormona del cariño, la compasión y la necesidad de cuidado se activa en cuanto conectamos visualmente con ellos.Es algo mágico, no hay duda. De ahí, que podamos decir con toda seguridad que, aunque seamos nosotros quienes los adoptemos, son ellos quienes nos rescatan a nosotros.
El perro de Afganistán que “rescató” a su amigo humano
Podríamos contar mil historias de animales que han salvado a personas. Sin embargo, queremos ahondar en una muy especial, en la que un perro “rescató” emocionalmente a un joven soldado destinado a Afganistán. Nuestro protagonista se llama Graig Grossi, y su primer día cuando lo dejaron en helicóptero en el distrito de Sangin no pudo ser más complicado. Era de noche y, en pocas horas, los talibanes ya habían atacado ese punto dejando cercada a toda su unidad.Pensó que su vida se acababa allí. Fue una noche muy larga, dando paso finalmente a un amanecer algo más relajado. El intercambio de ataques había cesado y Graig tuvo oportunidad entonces, de mirar a su alrededor. Todo era destrucción, polvo y metralla, y en medio de ese caos de cascotes y coches retorcidos en metal quemado, descansaba un perro algo flaco y de cabeza grande. Su primer instinto fue llamarlo, pero luego se contuvo porque ya había oído historias de perros callejeros que atacaban a las personas.Mascotan que curan, animales terapéuticos
En la actualidad, las terapias asistidas con animales no dejan de extenderse dando grandes resultados. Los perros de servicio son un estímulo eficaz para los niños con autismo. No faltan tampoco las residencias de ancianos que, de modo regular, reciben la vista de perros entrenados que ofrecen ese afecto desinteresado y esa interacción a la que responden tan bien los ancianos con demencia.Respetar a los animales es una obligación, amarlos es un privilegio CompartirAhora bien, tampoco podemos olvidar que en un ámbito más cercano y menos clínico, las mascotas siguen siendo unas figuras de apego indispensables. De hecho, según un estudio llevado a cabo en el 2011 y publicado en el “Journal of Research in Personality“, este tipo de apego es uno de los más saludables y positivos a todos los niveles: tanto físico, emocional o cognitivo.