Revista Literatura

Me comprometo porque quiero vivir

Publicado el 29 enero 2011 por Migueldeluis

“El compromiso individual a un esfuerzo de grupo [...] es lo que hace que un equipo, una compañía y una civilización funcionen“ ~Vince Lombardi

V

oy a hablar de política, aunque no de partidos. Me bastará decir que me he afiliado a UPYD, un pequeño partido político español. No os voy a hablar del partido, ni de sus propuestas. A la mayoría de mis seguidores mejicanos o colombianos no creo que les importe mucho. En vez de eso, voy a responder a una pregunta que nos importa a todos.

¿Por qué me he comprometido?

Salíamos del trabajo a un velatorio y anuncié a mis compañeras —eran todas mujeres— que me había afiliado. La pregunta que surgió, literalmente, ¿por qué te has comprometido? Allí había gente que todos los días habla de política —efectos secundarios de la crisis, supongo. Y sin embargo la cuestión no fue por qué escogía este u otro partido, sino sencillamente por qué me comprometía.

Porque tengo hijos, resume la motivación de Rosa Díez. Yo no tengo más hijos que los niños que están en centros que, de alguna manera muy inferior, siento como propios. Pero creo que me pasa lo mismo, siento que debo ocuparme de lo común, porque lo común es lo que me hace persona. Es cierto que hay otras vías de ocuparse de lo común sin afiliarse a un partido; desde hacerse voluntario hasta ser un buen vecino, pero salvo excepciones todas son compatibles con la militancia política y, sin excepción, todas significan un compromiso.

Quien dona dinero a una ONG se arriesga a que su dinero sea mal empleado, cuando no robado. Quien se hace voluntario, se constriñe a la forma de actuar que se le pida. Quien sirve a la comunidad como policía asume todo un conjunto de amarguras. Quien hace ciencia tendrá que lidiar con el papeleo y el amiguismo. La única forma de no comprometerse es no hacer nada.

Dios me libre de ser un iluso

Alguno podrá pensar que me afilio a un partido nuevo porque todavía está libre de corrupción, y relativamente libre de riñas internas. Mirad, sé que desde antes de que asumamos responsabilidades públicas tendremos que lidiar con los corruptos en nuestras filas. Es más, si yo llegara a asumir alguna, tendré que vigilarme a mí mismo; quien se crea irreprochable e incapaz de equivocarse o incluso hacer el mal es un iluso.

El partido con el que me comprometo no hará siempre las cosas bien. Y yo tendré que asumir mi parte de responsabilidad por lo hecho o lo dejado de hacer, por lo denunciado o dejado de denunciar. Si eso pasara tendré que tragar sapos, pero os prometo que comeré esos sapos con gusto si hemos conseguido hacer progresar lo común. Es imposible intentarlo sin riesgos.

Se levanta un puente: se harán cálculos, se contratará las mejores empresas, se buscará el mejor lugar, se revisará el gasto público y se inspeccionará la obra. Pero con todo, siempre existirá un riesgo. No hablo de que la obra falle catastróficamente, que es más raro, sino que resulte más cara, se ejecute más lentamente o cree más daños al medio ambiente de lo que se había supuesto.

Me levanto por la mañana. Asumo que podré insultar a alguien, equivocarme al conducir, grabar mal un dato en mi trabajo, lesionarme al hacer ejercicio. Incluso al escribir este artículo puede que ofenda a alguien, seguro que habrá alguien de mi partido al que no le gustará nada, y con un poco de mala suerte puede que a nadie. ¿Y qué alternativo tengo? ¿Quedarme acostado? Pues hasta acostado podré tener problemas.

Comprometidos con la vida

Alguien al que quiero mucho me ha dicho que no se compromete con nadie, sino con la vida. Que es necesario estar fuera para mantener siempre tu propia opinión. Que el estar en un partido, en una religión o incluso en una asociación te constriñe. Y tienen razón.

Es cierto que entrar en un partido es asumir límites. ¿Encontraré un partido que siempre y en todo momento decida exactamente lo que yo quiero? Vamos, ni en mi familia he conseguido tal hazaña. Y aunque lo consiguiera, ¿no iré yo nunca a cambiar de opinión? ¿acaso tendré razón siempre? Me comprometo con un partido que me ilusiona, con una esperanza que veo de futuro. No estoy comprometido con la vida sin saber que sea eso de la vida, me comprometo con personas concretas porque no me resigno al mal, me comprometo porque quiero vivir.



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