Me deje el alma

Me dejé el alma entre tus sábanas y la almohada.
Los pendientes en la cocina, para que te hagan compañía,
si alguna vez te atreves a preparar una ensalada,
para celebrar los días que llevo arañándote la espalda.
Dejé mis orejas colgadas detrás de la puerta,
al salir, mi brazo izquierdo se quedó en la escalera,
y el derecho renunció a la soledad
... decidió esperar al otro en el portal.
Dejé un par de besos en el aire
mientras cruzaba el parque.
Cuando caminaba
Tropecé con un semáforo en ámbar
y mis piernas se negaron a seguirme
se quedarían a esperarte...
para cruzar juntos el parque
recoger los besos que te dejé en el aire,
acariciarte con el brazo derecho que se quedó en el portal
y completar con el izquierdo que permaneció en la escalera,
aguardando a que subieras.
…un abrazo.
Mientras mis orejas que se quedaron detrás de la puerta,
escucharían tus pasos...
y mis pendientes en la cocina
te esperarían para hacerte compañía
mientras eliges los ingredientes
para preparar la ensalada,
que celebrará los días que llevo arañándote la espalda.
...Finalmente
Llegarías a la cama
a encontrarte con mi alma
que dejé entre las sábanas y la almohada.
Daniela: Me dejé el alma, forma parte de mi primer poemario: ...y la muerte se vistió de Madrid. Muy pronto en mis manos y en las vuestras.
Gracias por acompañarme cuando llego a la sima y a la cima.

Después de mil años J se decidió por éste vídeo.