Me habéis convencido
Publicado el 20 febrero 2010 por House
Tras el firme propósito de que dejaba de escribir, gracias a cuatro personas, vuelvo a resucitar este espacio. No voy a nombrar a estas personas por su nombre, pero sí sabrán que me refiero a ellos por estas líneas. Gracias a una persona que, amparándose en el anonimato de sus comentarios en este blog, es capaz de conseguir cosas casi imposibles. Sé quién es, en dónde vive, cómo se llama y... ¡hasta la cantidad de oxígeno que cada día ventilan sus pulmones! Gracias también a otra persona que, aun no compartiendo los mismos gustos literarios, y viviendo a muchos kilómetros de distancia, siempre está a mi lado en las trincheras cuando estoy en primera línea de combate. Estar. estás. Otra cosa muy diferente es que tú no participes en esa batalla. Y tú, la tercera persona, fuiste el primero en descolgar el teléfono y zarandearme. Tú también pusiste tu esfuerzo y tu poder mágico de convicción para que depusiera mi actitud. Y lo has conseguido. Finalmente, desde la Torre de Hércules, otra persona también puso su grano de arena (esta vez en forma de correo electrónico) -al cual, por cierto, debo respuesta-, puso su sentido común y su sensatez para que yo cambiara mi forma de pensar y de actuar. ¿Habrás sido tu o tus wajes? Sí, voy a aprovechar este espacio para dejar claro un asunto. Si tomé esa decisión fue, además de que no tengo demasido tiempo -por no decir ninguno- para esta actividad, porque en muchas ocasiones me siento presionado y "comprometido" para que escriba según esperan los demás. No, no puede ser. El escritor tiene que ser libre. Tiene la libertad de la palabra como vehículo de comunicación y de expresión, y este canal debe usarlo libremente. En el momento de que se vulnera este principio básico de actuación, el escritor ya no es libre. Y eso no es bueno para nadie: ni para él, ni para sus lectores ni para quienés le rodean. La libertad de escribir lo que cada uno considera en que cada momento es el don más preciado que tenemos los escritores, y debemos respetarlo por encima de cualquier otra consideración. Si un autor fracasa o triunfa con una obra, es él quien lo hace. Nunca debe ser porque su entorno le empuje a escribir de una u otra manera. Es fundamental que el escritor escriba cómo le venga en gana. Eso sí, escribir bien y en condiciones, pero con plena libertad. Eso es imprescindible. Lo mismo que también es fundamental que se escriba bien. (pero éste último es un tema para otro post diferente). Hoy el tema que nos ocupa es otro. ¿Sí o sí?