Cody Barry, es un empleado del Animal Control Department in Florence, Alabama, encargado de meter en la cámara de gas a los perros que han de ser sacrificados, cuando ya nadie los quiere o están muy enfermos, un trabajo que a él se le hace muy duro.
Hace unos días le tocó hacer su desagradable trabajo, con unos perros, entre ellos un joven perro, cruce de Beagle y no se sabe que, que ni nombre tenía, así que cuando cerró la puerta de la cámara y giró la llave del monóxido de carbono, para acabar con la vida de los chucos, nos sabía lo que se iba lo que se iba a encontrar, en cuanto la abriera para sacar los cuerpecitos inertes.
Nada más abrirla, salió el Beagle, un tanto asustado, pero meneando feliz su cola, como si nada hubiera pasado y terminara de echarse una siestecita, así que ante este milagro, ahora el Beagle, tiene nombre “Daniel”, como al personaje bíblico que sobrevivió a los leones.
Ahora Daniel, al que llaman el perro milagro, ha pasado de ser un chucho al que nadie quería, a tener un montón de solicitudes de adopción, porque en muchos hogares quieren disfrutar de esa milagrosa mascota, que mientras deciden quien será el afortunado, que se lo lleve a su casa, está en un hogar de acogida en Nueva Jersey, donde estudian más de 100 solicitudes de adopción.
El viaje de de Florence a Nueva Jersey, lo hizo en avión, donde no dejó de menear su cola y demostrar su alegría, demostrando que su paso por la cámara de gas, no le ha dejado el menor trauma y que seguro hará feliz a cualquiera que tenga la fortuna de ser su dueño.
Esperemos que la persona que se lo lleve, lo trate como, lo que es, una mascota a la que hay que cuidar, educar y mimar, y no como una atracción de feria, que lucir ante sus amistades, y cuando se acabe la novedad, vuelva a dejarlo a la deriva.