Preguntarme qué pasa por su mente al verme. Qué pensará de mí.
Extrañar unos besos que nunca tuve, que no tengo, que nunca tendré.
Solo espero poder, aunque sea, hablar con él algún día... Y espero que ese esperado día llegue pronto. Mientras tanto, sigo esperando asomada a la venta mirando a la suya...