Ayer hubo otra cosa que me hizo volver al pasado. De hecho sólo faltaba que las imágenes fueran en blanco y negro para poder exclamar "Me pareció ver un lindo caudillo..." Menos mal que no se vistió de militar y no le metieron bajo palio, si no hubiera habido una oleada de infartos, al creer que había resucitado el dictador.
Efectivamente ver al Jefe de Estado, pasando revista a las tropas, flanqueado por obispos, en un acto católico, con su esposa tapada con un trapo negro y de remate pidiendo a una figura policromada que ilumine a los políticos del país me pareció una escena sacada del NoDo.
La separación entre la iglesia y el estado es algo que está puesto por escrito pero que hay gente que no se entera. Entre ellos el Jefe de Estado. No voy a entrar en sus creencias, que es algo personal a lo que todos tenemos derecho. Pero que no use el cargo para ir a misa. Me parece bien que en su deteriorado estado de salud y mirando de reojo a la Parca, le pueda dar un ataque de exacerbación religiosa y necesite pisar templos católicos de vez en cuando, pero que lo haga a título personal.
Parece que los sectores más carcamales del país se han venido arriba al ver tantas banderas españolas por la calle tras el triunfo del equipo de futbol y les ha dado un ataque de furia nacional, y enseguida han aparecido frases intencionadas en las que se vitorea a la figura del rey en una catedral pidiendo a un santo, como el representante de todos los españoles, olvidándose que la mayoría de ciudadanos de España, ni son monárquicos, ni católicos. En fin, yo soy español, republicano y ateo. De modo sólo me puede representar por ser el Jefe de Estado impuesto por la legalidad vigente. Así las cosas, un sarao como el que se montó en la catedral de Santiago de Compostela no me representa nada. Es más, exigo que haga uso de sus buenas maneras, de modo que si quiere acudir a un acto religioso que no lo haga como Jefe de Estado y si actúa como Jefe de Estado que lo haga fuera de la iglesia.
Espero que este acto sólo sea un tropezon en el avance de España hacia el futuro. Aunque habrá que esperar a ver si el deterioro económico está influyendo en una involución social y dentro de unos años tenemos autos de fé por las calles. O se nombra a Rappel como ministro de economía. O los chamanes deciden los designios del país observando las vísceras de un cordero sacrificado. O empezamos a hacer ofrendas a los dioses sobre pirámides formadas por las cabezas de enemigos decapitados.
Como el maltratado gato de los dibujos animados, sólo quiero que la vida siga su cauce natural. Que el Jefe de Estado deje el cargo por su mala salud, que se cambie la legalidad para que cualquier conciudadano se pueda presentar al cargo de jefe de la república. Y al que no le quede más remedio para sobrellevar la insoportable levedad del ser, que vaya a un templo religioso de cualquier credo a título personal.
keagustitomekedao