En septiembre del año pasado escribí "Me hago hoyos en la cabeza". Desde entonces, lo he dejado, he caído en la tentación, he vuelto a dejarlo, he caído otra vez y así hasta llegar al día en que vine a vivir a Chihuahua. Aquí se desató el acabose. Me puse un alto y ocurrió como cuando aplastas una araña y salen de ella un montón de arañitas. Empecé a rascarme el resto de la cabeza. Toda la cabeza.
Me arde.
Una noche más así y será oficialmente un problema.
Necesito un pañuelo para cubrirme y proteger este lastimado cuero cabelludo.
Silvia Parque