Después de tropecientos años de matrimonio una de las acciones más sanas para la salud mental de la pareja son separaciones fugaces y "de buen rollo". Ella "me ha dejado" por un grupo de amigas que se reunen una o dos veces al año en la ciudad donde vive una de ellas o muy cercana. Si toca en Barcelona, donde vivimos, ella se va a su hotel y no le veo el pelo en tres días -como si no existiera; ni una llamada salvo urgencias.
La famosa frase "hasta que la muerte os separe" es muy bonita pero cada vez menos parejas logran lo "que se les mandó". Cuando se debió promulgar no sabían que la longevidad sería cada vez mayor. Por eso me niego a ir a bodas: de todas las que he ido últimamente, el naufragio ha sido total.
Con esta breve separación se trata de romper la rutina diaria sin maldad y sin hacer daño al otro. Con sus amigas, mi mujer, podrá decir todo tipo de ocurrencias y divertirse de una forma que no puede hacer conmigo. "Hacer el burro" hasta la madrugada, chismorrear, criticar las debilidades de su marido y alabar sus cualidades, comer y beber lo que le apetezca, hablar de los sinsabores que ha traído la vida a cada una de ellas y abrir su corazones, encallecidos por los años En fin, disfrutar sin que nada la ate. Conozco a sus amigas y son estupendas.
Doctor, ¿no le da miedo que un grupo de locas eche una "canita al aire"? No, si la quisieran echar tienen mas oportunidades en donde viven. Sólo deseo que tengan buen tiempo para disfrutar de la incipiente primavera y como brujas que son, vuelvan a sus casas con los ánimos renovados.