La esperanza tan dulce, tan pulida, tan triste
la promesa tan leve, no me sirve
No me sirve tan mansa la esperanza
(...)Me sirve tu mirada que es generosa y firme
y tu silencio franco, si me sirve
Me sirve la medida de tu vida
(...)Me sirve la modestia de tu orgullo posible
y tu mano segura, si me sirve
Me sirve tu sendero
compañero. Mario Benedetti