Hoy ha venido una amiga a verme, para traerme un regalín y enseñarme a su pequeñajo y Lola se ha puesto como loca a hacer sus gracias para que mi amiga viera lo graciosa y mona que es.Al irse mi amiga, ya eran las 14:30 y no tenía muchas ganas de dormir. Así que he luchado un poco y ya por fin se ha quedado dormida. Su siesta ha sido casi de dos horas, por lo que no me quejo. Pero al despertarse, ha sido ya una locura.Toda la tarde gritando, cabreada. Me señalaba el bote de arnidol y quería que se lo dejara y no puede ser, porque ella se lo lleva a la boca y se lo puede comer. Esto ha ido empeorando y reconozco que me afecta mucho el hecho de que esta niña no quiera comer. Me esfuerzo por hacerla meriendas, comidas y no hay manera. Esto será un post más extenso donde podréis descubrir que es un tema complicado.
Toda la tarde "ahua" "ahua" y "ahua" ¡qué graciosa! pero no puedo más.
Me acuerdo un día que disfruté jugando con ella mucho y me puse muy contenta. Pero llevamos un par de semanas muy diferentes. Entre el cambio del pañal infernal, los malditos dientes, los asquerosos virus y su carácter fuerte, se está pasando el tiempo y como hoy le he dicho a mi marido: necesito el relevo.
Luego es que lo peor, es que creo que ya nos ha tomado la medida y conoce perfectamente que vamos a caer en sus redes. Nos pone caras o se pone medio a llorar y protestar para ver si puede conseguir lo que quiere. Y luego además tiene puntos de esos de partirse de risa. Así que con esta niña me debato entre comérmela a besos o tirarme por la ventana.