… A comer las peras que están como azúcar… Así reza la cancioncilla para niños, que en su inicio tiene la pista de por dónde voy a estar estos próximos días. Este año tengo suerte y serán más de los habituales, algo que me va a venir muy bien porque la mente está cansada, da signos de saturación real, y la desconexión será un bálsamo para retomar las escrituras a la vuelta. Aprovecharé, eso sí, para terminar “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago (que me está gustando mucho y que ya comentaré en el blog), y comenzar “Bécquer eterno” de Carmen Ferreiro, a la que desde aquí agradezco el detalle de su regalo.
Me voy de vacaciones con la alegría de tres recientes opiniones positivas y alentadoras sobre “La Flor contada”; con la cercanía de una nueva amistad que se prevé íntima y enriquecedora, y con 80 páginas escritas de mi tercer libro…
Me voy, también, con la recomendación de un blog que puede resultar irreverente para algunos, e interesante para otros. A mí me ha gustado su forma de divagar a base de aplastante lógica, y por eso os lo aconsejo. Su título: “Soy libre para pensar”. Ya me diréis.
Y por último, me voy con un ruego: unos amigos míos necesitan la colaboración de la buena gente que se asoma a esta página, y que sólo consistiría en visitar la siguiente web http://www.ikea.com/ms/es_ES/about_ikea/fondo_ikea/index.html y seguir las instrucciones, hasta votar por la Asociación Síndrome de Asperger, de entre las tres propuestas. Muchas gracias en su nombre.
¡Creo que eso era todo! Felices vacaciones, descansad de mí y de mis letras, y ya nos seguiremos leyendo a la vuelta… Un abrazo, chicos.