Comimos en la Barceloneta. Las cañas nos hicieron cantar; ahí, migraban sentimientos. Es un calor sereno el que emana y calienta las aguas mediterráneas. Difícil no hacer comparaciones con el caribe. Nuestros ojos se llenaron de novedades, de arquitectura. Caminamos sin rumbo y la noche nos sorprendió varias veces, arrastrando los pasos y extasiados de curiosidad.
Cada vez que regreso a las imágenes, me transformo en Medusa y logro capturar los momentos.
Vivo feliz con mis piedras...
Foto mia. Barceloneta, Barcelona, España. 2006