Con una congestión de gametos acelerados en una autopista a mil por hora, desconsolado regresé de la fiesta antes de la medianoche y, como un sigiloso lobo, entro a mi habitación y gruñendo me echo en la cama…, siento los retorcijones de un salvaje animal en celo. Para intentar liberar la tensión de mi aturdido cerebro, con mi mano preferida sobo con suavidad y determinación mis partes impúdicas, rememoro el instante en que bailaba en el retumbar de coloridas pantallas de plasma, ¡bum-bum-bum!, acompañado de ese lindo paraíso de carne que me cautivó. ¡Uyyy, nada de nada!, me fui en blanco, ¡qué mala onda!, solo me dejó la ropa oliendo a cigarro, a queso de pizza, a perfume infantil, a sudor de puticas y con un abusivo dolor entre las piernas. Qué ganas le tenía a esa Leticia, ¡pero bueno!, fue un momento engañoso, me ha mandado cachondo para mi dulce hogar; lo que me queda es enclaustrarme en el baño de mi cuarto. ¡Oh!, ¡oh!... bueno, se me olvidaba la alternativa tecnológica: «¡Usa los recursos a tu disposición!», siempre me dice la profesora de computación. Golpeo el power y… y… y… ¡esa vaina si está lenta!, ¿será que media ciudad se está pajeando? En ese intervalo de espera, que me parece infinito, hago lo posible por aplacar mis necesidades; ¡el ejército quiere salir a la fuerza!, ¡esos cabezones no se pelean por regenerarse!, se empeñan en huir, ser libres, me empujan y corren aturdidos…, solo escapar de esa ebullición es su más ferviente aspiración. Les ruego una oportunidad para compensar este desastre de haberlos invitado a la gran parranda y salir con las tablas en la cabeza. Ellos insisten en emerger por su cuenta, pero les advierto que morirán millares sin llegar a disfrutar del placer de la vida y me responden los muy ingratos: —¡No nos importa un carajo!, estar aquí encerrados es una pesadilla Definitivamente esta rebelión de miles es una guerra psicológica. Sofoco el cuerpo con mis pensamientos, tengo el flujo de testosterona al cien por ciento; trago saliva, me suda la frente, me pican las manos, me tiemblan las piernas, estoy a punto de un colapso, un coma pajillero y… y… ¡arranca ya coño!...
Seleccionado en la Convocatoria de la Revista Literaria Anuket 2020.Literatura Erótica. Tomo 3. Aquí pueden descargar la revista gratis, solo deben registrarse.
Las imágenes usadas en esta entrada fueron tomadas la Revista Anuket Tomo 3