Las noches todas llegan.
Las luces todas se apagan.
Llega un sólo instante,
único válido: el último.
Las fiestas memorables,
al olvido van,
los funerales
de algún memorable,
al horizonte infinito van.
La felicidad no puede ser
lo que se busca.
El dolor no puede ser
refugio único de lo íntimo.
La paz, no. La gloria, no.
Sólo la nada queda.
Sola la Nada queda.
Permanece el vacío.
Menos que la nada,
somos.
Pues a ella vovemos.
Pues ella somos.
Llenos de todo,
de nosotros vacíos.